La tumba de Edgardo Poe
Tal cual la Eternidad le reintegra y convierte
se alza el Vate con el hierro desenvainado.
No pudo comprender su siglo amedrentado
que en esa extraila voz triunfaba la Muerte.
Con aquel sobresalto de la Hidra que advierte
que el Angel da a los términos un sentido elevado,
confiesan en voz alta el filtro que han tomado
en el caudal que alguna fuente sin honra vierte.
¡Hostiles a las nubes y al suelo, si la culpa
en la tumba de Poe no tiene quien la esculpa
en un bajorrelieve, adorno deslumbrante;
firme bloque caído en un desastre oscuro,
que tu granito, al menos, una meta levante
al vuelo de Blasfemias que surcan lo futuro!