La tórtola y el Ave-Fénix
(Premiada)
-«¡Qué feliz suerte la suerte tuya!»
-decía al Fénix la Tortolilla.-
«¿Mueres? ¡Qué importa, si más dichosa,
»después renaces de tus cenizas,
»y otra vez tornas a estos lugares
»cual tornar suelen las golondrinas
»y aquí recoges tus ilusiones
»y haces perpetuas tus alegrías!
»¿Por qué contigo tal privilegio?
»La parca en tanto siega mi vida;
»huyo estos valles, y jamás vuelvo...
»¿Por qué conmigo tal injusticia?»-
-«¡Ay! no te halague, -contestó el Fénix,-
»esta ficticia fortuna mía.
»Yo vivo sola, sola en el mundo;
»yo no he probado ni una caricia;
»no tuve amores; no tengo prole;
»soy planta estéril, ave maldita.
»Mas tú, cuitada, tú amaste siempre;
»tú has sido madre, ¿qué mejor dicha?
»¿Por qué te dueles de una existencia
»que es tan hermosa con ser efímera?
»¿Ser feliz quieres? Sigue el consejo
»que yo he seguido: Tórtola amiga,
»nunca desdeñes tu propia suerte;
»nunca la ajena te inspire envidia.»-