La soberbia
de Serafín Estébanez Calderón


 Yo vi una altiva populosa encina   
 tender sus ramos orgullosa al viento,   
 presumiendo tocar el firmamento   
 y avasallar el prado y la colina.   
 

 Yo vi el oro del sol con luz divina  
 la verde copa coronar contento,   
 y yo la vi en pomposo movimiento   
 mecer ufana al ave peregrina:   
 

 Mas vi también, cual precursor del llanto,   
 leve vapor crecer a nube airada,  
 tendiendo por la esfera el negro manto:   
 

 La vi rasgarse en llamas inflamada,   
 lanzar el rayo y miro con espanto   
 el árbol convertido en polvo, en nada.