La soberbia
Yo vi una altiva populosa encina tender sus ramos orgullosa al viento, presumiendo tocar el firmamento y avasallar el prado y la colina. Yo vi el oro del sol con luz divina la verde copa coronar contento, y yo la vi en pomposo movimiento mecer ufana al ave peregrina: Mas vi también, cual precursor del llanto, leve vapor crecer a nube airada, tendiendo por la esfera el negro manto: La vi rasgarse en llamas inflamada, lanzar el rayo y miro con espanto el árbol convertido en polvo, en nada.