La semana adelantada

La semana adelantada
de Tomás de Iriarte


 Un tío enfermo y en edad anciana   
 casó con su sobrina (¡muy mal hecho!),   
 doncella alegre, joven y lozana,   
 pronta a cobrar el marital derecho.   
 
 Díjola el novio: «Te prevengo, Juana,  
 ya que vas a estrenar el nupcial lecho,   
 que yo sólo una vez cada semana   
 podré servirte en algo de provecho.»   
 
 Conformose la ninfa; y recibiendo   
 en singular aquel tributo frío,  
 repetía entre sí: «Peor es nada.»   
 
 Mas llamado el anciano reverendo   
 le instaba humilde: «Vaya, tío mío,   
 siquiera una semana adelantada.»