La reprimenda de un padre

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La reprimenda de un padre.

— Bendito sea Dios, decia un padre, que reprendiendo á su travieso niño observaba la actitud humilde y silenciosa que por la primera vez de su vida habia tomado al escucharle. Por ñn haces caso de mis saludables amonestaciones, y de hoy mas espero que te corregirás en tus desaciertos.

El niño seguia con la vista baja y fija en un punto. El padre, aprovechando esta buena disposición, se esforzó en probar la utilidad de atenerse á los consejos de la esperiencia, y cuando mas de lleno habia entrado en su perorata, dijo el niño interrumpiéndole:

— Padre, ¿á que no sabe V. cuántas hormigas han salido de aquel agujero?

Comprendiendo el buen hombre la ineficacia de su sermón, tuvo á bien suspenderlo para ocasión mas oportuna.