La primera botica
En 1768 se autorizó la planteación de la primera botica que tuvo esta ciudad, establecida por don José Gabriel Piedracueva.
Hasta entonces habían carecido sus moradores de una farmacia donde poder obtener medicamentos para sus dolencias, estando reducidos al uso de yerbas silvestres para remedios, a excepción del que podía costearlos de Buenos Aires. Bien que en aquel tiempo había "peste de salud" en la población, computada en unos 1.200 habitantes, a pesar del desaseo, del lodo y de las aguas estancadas en charcos y zanjones, y por consecuencia eran pocas las enfermedades que se conocían y ninguna epidemia..
La botica de Piedracueva, la primera que tuvieron a sus servicio nuestros antepasados, precedió con mucha antelación al establecimiento de la llamada del Rey, que fue la segunda. Siguieron a ésta la de Pedriel, la de Don José Giró, cirujano del presidio, y sucesivamente hasta el año 10 de este siglo, las de Maltés (González Vizcaíno) de Yéregui (1819) de Mordello (l820) y de la Plaza.