La perfecta casada: Capitulo 1
¿Quién hallará mujer de valor? Raro y extremado es su precio.
Pero, antes que comencemos, nos conviene presuponer que, en este capítulo, el Espíritu Sancto así es verdad que pinta una buena casada, declarando las obligaciones que tiene, que también dice y significa, y cómo encubre, debajo desta pintura, cosas mayores y de más alto sentido, que pertenecen a toda la Iglesia; porque se ha de entender que la Sagrada Escriptura, que es habla de Dios, es como una imagen de la condición y naturaleza de Dios; y mí como la divinidad es juntamente una perfectión sola y muchas perfectiones diversas, una en sencillez, y muchas en valor y eminencia, así la Sancta Escriptura por unas mismas palabras dice muchas y diferentes razones, y, como lo enseñan los sanctos, en la sencillez de una misma sentencia encierra gran preñez de sentidos. Y como en Dios todo lo que hay es bueno, así en su Escriptura todos los sentidos que puso en ella el Espíritu Sancto son verdaderos. Por manera que el seguir el un sentido, no es desechar el otro, ni menos el que, en estas Sagradas Letras, entre muchos y verdaderos entendimientos que tienen, descubre el uno dellos y le declara, no por eso ha de ser tenido por hombre que desecha los otros entendimientos.
Pues digo que en este capítulo, Dios, por la boca de Salomón, por unas mismas palabras hace dos cosas. Lo uno, instruye y ordena las costumbres; lo otro, profetiza misterios secretos. Las costumbres que ordena, son de la casada; los misterios que profetiza, son el ingenio, y las condiciones que había que tener en su Iglesia, de quien habla como en figura de una mujer de su casa. En esto postrero, da luz a lo que se ha de creer; en lo primero, enseña lo que se ha de obrar. Y porque aquesto sólo es lo que hace agora a nuestro propósito, por eso hablaremos dello aquí solamente, y procuraremos cuanto nos fuere posible sacar a luz y poner como delante de los ojos todo lo que hay en esta imagen de virtud que Dios aquí pinta. Dice, pues: