La paloma (Valdés)
Suelta mi palomita pequeñuela y déjamela libre, ladrón fiero; suéltamela, pues ves cuanto la quiero, y mi dolor con ella se consuela. Tú allá me la entretienes con cautela; dos noches no ha venido, aunque la espero. ¡Ay!, si ésta se detiene, cierto muero; suéltala, ¡oh crudo!, y tú verás cuál vuela. Si señas quieres, el color de nieve, manchadas las alitas, amorosa la vista, y el arrullo soberano, lumbroso el cuello, y el piquito breve... mas suéltala y verásla bulliciosa cuál viene y pica de mi mano el grano.