La nube y la montaña
(Premiada)
-«¿Por qué, nube traidora,
-decía la montaña-
»me envuelves en tinieblas
»si sabes que me dañas?
»¿Por qué a mi vista escondes
»el sol que me alumbraba?
»¿No ves, que, con su ausencia,
»voy a perder mis galas?
»Aléjate; no quiero
»tus sombras, ni tus aguas.»-
La nube contestole:
-«No seas insensata.
»Mi sombra el fuego templa
»del sol que te abrasaba;
»mi lluvia reverdece
»tus bosques y tus plantas;
»mis hálitos dan vida
»a tantas flores varias,
»que, ricas de perfumes,
»tu atmósfera embalsaman.
»Negárate mi influjo,
»y todo se agostara;
»y esos frondosos sitios
»serían rocas áridas.
»Si, pues, tanto me debes,
»¿por qué tan mal me pagas?»-
Dejad que tropecemos
con almas desdichadas
que tengan como el monte
de roca las entrañas.
¿Nos niegan gratitudes?
Sufrámoslo con calma;
sembremos beneficios;
la caridad lo manda.