La mujer del literato

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La mujer del literato.

Hay muchas jóvenes que envidian á las mujeres de los literatos, y á su vez la mayor parte de estas no están contentas con su suerte.

Una de ellas, quejándose dulcemente á su marido, sobremanera aficionado á las letras, lo miró lánguidamente y le dijo:

— ¡Ay Eduardo! Cuando te veo continuamente revolviendo libros, algunas veces, te lo aseguro, les tengo celos y quisiera ser libro.

— Acepto la trasformacion, dijo sonriendo el marido, como te vuelvas calendario.

— ¿Y por qué calendario?

— Porque cada año se necesita uno nuevo.