La misa de alba
La misa de alba.
A cierto clérigo, que era
Madrugador impaciente,
Le esperaba mucha gente
Para la misa primera:
Tarde el clérigo llegó,
Y al querer con mucha prisa
Salir á decir la misa,
La alba de un clavo se asió;
Y aquí dijo haciendo salva
A la gente en pronto alarde:
—Señores, no vengo tarde.
Pues vengo al romper el alba.