La memoria del estómago

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La memoria del estómago.

Un obispo, enfermo de la gota y falto de memoria, mandó á sus criados que le trajesen la cena; pero fundados ellos en el cariño que le profesaban, y en que habia comido mucho, se empeñaron en persuadirle que ya habia cenado.

— No me acuerdo de semejante cosa, repuso el obispo.

— Pues ello es así, ilustrísimo señor.

— Hijos mios; Vds. son hombres de verdad, y dirán lo cierto, replicó su ilustrísima, pero yo quiero cenar segunda vez ya que no puedo cenar la primera.