La madre Teresa de Jesús/Acto I

Elenco
La madre Teresa de Jesús
de Félix Lope de Vega y Carpio
Acto I

Acto I

Salen DON DIEGO, DON RAMIRO, LEONIDO y FLORO, criados.
DON DIEGO

  Grandes fiestas se previenen.

DON RAMIRO

Pienso que serán de ver;
muchos forasteros vienen.

DON DIEGO

Fiestas de corte han de ser.

DON RAMIRO

Tal nombre en Ávila tienen.

DON DIEGO

  Mira, que nos esmeremos;
costosas galas saquemos,
emparejando este día,
en el talle y bizarría,
con el nombre que tenemos.

DON RAMIRO

  ¡Buenos caballos tendréis!

DON DIEGO

En la plaza los veréis;
el que por extremo alabo
es un rucio.

DON RAMIRO

¿Es bueno?

DON DIEGO

Es cabo.
Cuanto imaginar podéis
  de buen talle, paso y brío.

DON RAMIRO

Del castaño obscuro fío,
porque en su veloz carrera
honra el Betis, y ribera
de su gran soto sombrío.

LEONIDO

  Hoy, señor, echa y derrueca
el jaez de rosa seca
y el bayo de frente blanca
que te dió en Salamanca
don Alonso de Fonseca.

DON DIEGO

  ¡Es un bravo caballero!

DON RAMIRO

¿Es Fonseca? Sí será.

DON DIEGO

Con vuestra licencia, quiero
ver el bayo.

DON RAMIRO

Bueno está:
id con Dios.

DON DIEGO

En casa espero.

(Vanse DON DIEGO y LEONIDO.)
DON RAMIRO

  Tenme a punto el alazán
con la encarnada mochila,
el rucio de don Tristán,
y bayo de don Favila,
y castaño de don Juan;
  al tordillo jaspeado
pondrás el jaez dorado.

FLORO

¿El amarillo?

DON RAMIRO

El primero;
que hasta en el caballo, quiero
mostrarme desesperado.

FLORO

  ¿En el tordillo la entrada,
y con jaez amarillo?

DON RAMIRO

El alma desesperada,
quiero que diga el tordillo
mi pretensión malograda.
  Y no es de maravillar
que un tordillo sepa hablar,
teniendo tan gran talento,
por ser tal mi pensamiento
que no le deja callar.

(Salen TERESA y LEBRIJA, viejo.)
FLORO

  Doña Teresa de Ahumada
es ésta.

DON RAMIRO

¡Cómo!

FLORO

¿Estás ciego?

DON RAMIRO

Floro, el alma descuidada
cegó, mirando su fuego,
con la primer llamarada.

TERESA

  ¿Es tarde?

LEBRIJA

Serán las tres.

DON RAMIRO

Floro, buena ocasión es:
toma este papel apriesa,
dásele a doña Teresa;
no esperes más.

FLORO

Vete, pues.

DON RAMIRO

  Dirásle que se le envía
mi hermana.

FLORO

Déjame ahora.

(Vase DON RAMIRO, salen DON DIEGO y LEÓNIDO)
DON DIEGO

Buena invención, como mía!

FLORO

El papel de mi señora...

TERESA

¿De quién?

FLORO

De doña María.

LEONIDO

  Cuando ya llegue a la plaza
se le daré.

DON DIEGO

¡Buena traza!

LEONIDO

Muestra el papel.

DON DIEGO

Tómale.

TERESA

En la plaza le veré.

(Vase LEONIDO y dale FLORO el papel.)


DON DIEGO

¡Qué desdicha me amenaza!
  ¡Mirad de quién me confío!
Guardóle, no hay que esperar:
¡ay, papel! ¡Ay, hado mío!
A Leonido iré a buscar
para que no le dé el mío.

(Vase DON DIEGO; salen LEONIDO y DON RAMIRO.)
DON RAMIRO

  Si dió el papel... ¡Ay amor!

LEONIDO

No tendré ocasión mejor:
mi señora doña Juana,
que es vuestra prima, y hermana
de don Diego, mi señor,
  os envía este papel;
y advertid...

TERESA

¿Qué he de advertir?

LEONIDO

Que respondáis hoy a él.

TERESA

Ansí le podéis decir...

DON RAMIRO

Qué, ¿le recibes, cruel?

LEONIDO

  Leedle.

TERESA

No hay tiempo, aquí.

(Vase LEONIDO.)


DON RAMIRO

¿Guardóle en la manga? Sí.
¿Quién vió jamás tal querella?
¡Que tome el veneno ella
y haga operación en mí!

(Sale DON DIEGO.)
DON DIEGO

  Romperé en esta ocasión
las aldabas del recato.

DON RAMIRO

Donde hay celos, no hay razón.

DON DIEGO

Publicaré su mal trato.

DON RAMIRO

Pregonaré mi pasión.

DON DIEGO

  Ya se acabó la paciencia.

DON RAMIRO

Ya me falta resistencia.

DON DIEGO

Ya he visto el rostro a la muerte.

DON RAMIRO

No he visto, cosa más fuerte.

TERESA

Ni yo más impertinencia.
  Don Ramiro, ¿qué intentáis?
Don Diego, ¿qué me queréis?
¡Cómo! ¿En qué locura dais?
Qué, ¿el respeto, me perdéis
y descompuestos me habláis?

DON RAMIRO

  ¿Quién tal novedad pensara?

DON DIEGO

¿Quién, señora, imaginara
que ese pecho me ofendiera?

TERESA

Y, ¿quién de los dos creyera
que el juicio les faltara?

DON DIEGO

  ¿Quejoso está don Ramiro?
¡Yo estoy loco!

DON RAMIRO

¡Yo estoy ciego!

DON DIEGO

¡Con justa causa me admiro!

DON RAMIRO

De nuevo pierdo el sosiego:
  bien pronto, la vuelta disteis.

DON DIEGO

Decidme, a fe, ¿a qué vinisteis?

DON RAMIRO

¡Qué linda pregunta es ésta!
¿Venís a pedir respuesta
del papel que me encubristeis?

DON DIEGO

  ¿Yo? ¿Qué papel?

DON RAMIRO

¡Bien, por Dios!
Ya el vuestro está recibido,
y sé que sois dueño vos
del premio que he pretendido.

TERESA

¿Qué esto que escucho a los dos?

DON DIEGO

  ¿Qué me decís?

DON RAMIRO

Que lo vi.

DON DIEGO

¿Qué visteis?

DON RAMIRO

¡Pesar de mí!
¿No me basta ya mi afrenta,
sino querer que os dé cuenta
dónde y cómo la sufrí?

DON DIEGO

  Sois mancha de mi opinión,
y contra mí estáis ahitado.

DON RAMIRO

Ya esto pasa de ocasión.

DON DIEGO

Pues espada tengo al lado.

DON RAMIRO

Yo tengo espada y razón.

(Sale DON ALONSO, padre de TERESA.)
DON ALONSO

  Pues don Ramiro, don Diego,
no me perdáis el respeto.

DON RAMIRO

¡Duro trance!

DON DIEGO

¡Bravo aprieto!

DON ALONSO

Por mí se aplaque este fuego:
  Lebrija, escuchad.

LEBRIJA

Señor.

DON ALONSO

¿Por qué fue la enemistad?
¿De qué nació este furor?

LEBRIJA

Temo contar la verdad.

DON ALONSO

En peligro está mi honor.

LEBRIJA

  Yo pienso que se encontraron,
porque los dos enviaron
cada uno su papel
a mi señora.

DON ALONSO

¡Oh, cruel,
que en ti mi sangre afrentaron!

LEBRIJA

  Vió don Ramiro el recado
de don Diego, y vió don Diego
de don Ramiro el criado,
y encendió la envidia el fuego
del humo que te ha inflamado.
  Y al fin...

DON ALONSO

No me digas más.

LEBRIJA

Saber el caso podrás,
de dos papeles que esconde
en su propia manga.

DON ALONSO

¿Adónde?

LEBRIJA

Sin duda los hallarás.

DON ALONSO

  Quiero averiguar el caso.

DON DIEGO

Desengañarme pretendo.

DON RAMIRO

En vivos celos me abraso.

DON ALONSO

Deja la manga.

TERESA

Ya entiendo.

DON ALONSO

Muestra el papel, y habla paso.

DON RAMIRO

  En su mano está el papel.

DON DIEGO

Ya salió el testigo fiel
que me absuelve y me condena.

DON ALONSO

Ya en el potro de mi pena
comienza el trato, cruel;
  la manga, a quien he pedido
el mal que se me ordenaba,
almendra preñada ha sido,
pues sólo un papel buscaba,
y tres en uno han salido.
  Ya mi daño, deseo ver.
Papel, ya temo leer;
mas quiérome abalanzar;
que la purga y el pesar
de una vez se han de beber.
(Papel:)
  «Con vuestro padre hablé,
y por esposa os pedí;
pienso que buen fin tendré
si vos aceptáis de mí
los principios de mi fe.-
  Don Ramiro.»

DON ALONSO

Yo ando bueno,
de, mí propio me enajeno;
testigo el papel me diera,
si el casamiento no fuera
triaca de su veneno.

DON RAMIRO

  Todo, en fin, tengo de ver.

DON ALONSO

Veré lo que dice el otro,
que hasta acabar de leer
está mi honor en el potro,
y quédame qué temer.
(Papel:)
  «La toca, prima querida,
como tuya, al fin, lucida,
bordada a trechos de oro,
en roja sangre de un toro
te la volveré teñida.-
  Don Diego.»

TERESA

¿Qué habrá leído?

DON ALONSO

¡Ah, pobre sangre de Abel,
dos Caínes te han seguido!
Temo de esotro papel
que sea de otro marido.
  Pero letra es de mujer,
y mi remedio ha de ser:
Llegaos, don Ramiro, a mí.
¿Conocéis la letra?

DON RAMIRO

Sí,
ya no hay duda que temer;
  mi letra y mi firma son.

DON ALONSO

Pues de una su prima es éste,
monja de la Encarnación.

DON RAMIRO

La vida es bien que me cueste,
pues me cegó la pasión.

DON ALONSO

  Dejadme hablar a don Diego,
y apáguese ahora el fuego
que pudo abrasar mi honor.

DON RAMIRO

Id, y perdonad, señor;
que estuve de enojo ciego.

DON ALONSO

  Sobrino, este papel ved.

DON DIEGO

Señor, esta firma es mía.

DON ALONSO

Este, agora, conoced.

DON DIEGO

¿Cúyo?

DON ALONSO

De doña María,
de vuestra prima; leed.

DON DIEGO

  Sosegado está mi pecho;
salí de temido estrecho.

DON ALONSO

Quisiéraos satisfacer.

DON DIEGO

Para mí no es menester.

DON RAMIRO

Pues yo ya estoy satisfecho.

DON ALONSO

  Daos las manos.

DON DIEGO

Soy su amigo;
digo que os tendré amistad.

DON RAMIRO

Lo mismo que decís digo.

DON ALONSO

Y yo de vuestra bondad
pongo al cielo por testigo,
  con experiencia de viejo;
porque os miréis en mi espejo,
vuestro enojo he reparado,
y pues ya pasó el nublado,
saldrá el sol de mi consejo.
  Procederé como sabio
en esta fuerte ocasión.

DON DIEGO

Yo callo.

DON RAMIRO

Yo muerdo el labio.

DON ALONSO

Aunque llegue al corazón
la verdad de aqueste agravio,
  el que a mi hija escribió,
y el que a mí me la pidió...

DON DIEGO

Por mí dice.

DON RAMIRO

Yo, soy ése.

DON ALONSO

Razón será que le pese
del enojo que me dió.
  Yo sé que no le conviene
preciarse de espadachín.

DON DIEGO

Dice bien.

DON RAMIRO

Esto a mí viene.

DON ALONSO

Que tarde tendrá buen fin
quien malos principios tiene.
  Por cierto, bien procediera
quien matara y quien hiriera,
pues cuando más me obligara,
el honor me salpicara
con la sangre que vertiera.
  No quiero correspondencias
fundadas en trato doble,
con fingidas apariencias;
que por una mujer noble
no se han de reñir pendencias.
  El que me hubiere entendido,
perdone lo que ha sufrido;
que en el enojo pasado,
como suegro le he mirado,
y como padre reñido.
  Venid vos.

TERESA

¿Quién te enojó?

DON ALONSO

Vuestro, pleito, se verá;
que el proceso llevo yo.

(Vanse DON ALONSO, TERESA y LEBRIJA.)
DON DIEGO

Su yerno me llamó ya.

DON RAMIRO

Como a yerno me trató.

DON DIEGO

  Dejárame don Ramiro.

DON RAMIRO

De mi ventura me admiro.

DON DIEGO

En extremo soy dichoso.

DON RAMIRO

Ya puedo llamarme esposo
de aquella por quien suspiro.

(Sale LEONIDO.)
LEONIDO

  Ya, señor, queda el tordillo
relinchando, en el zaguán
con el jaez amarillo.

DON DIEGO

Pon luego en el alazán
el verde de cañutillo.

LEONIDO

  ¿Pasóse ya la mohína?

DON DIEGO

El jaez verde, camina,
las guarniciones bordadas,
las estriberas doradas
y el bozal de plata fina.

DON RAMIRO

  Galán salís.

DON DIEGO

Bien querría;
ni ve mi bien ni su mal;
que en este dichoso día
las campanas del bozal
repican a mi alegría.

DON RAMIRO

  Mejor fuera que tocaran
las que en su muerte doblaran,
y, sin duda, fuera cierto
que no escapara de muerto
si mi dicha le contaran.

DON DIEGO

  ¿Trujiste cañas?

LEONIDO

Y lanza.

DON RAMIRO

Don Diego, no nos tardemos.

LEONIDO

No hay amantes sin extremos,
ni veleta sin mudanza.

(Vanse todos; sale DON ALONSO y LEBRIJA.)
DON ALONSO

  La cena esté prevenida
como ya tengo tratado:
en los servicios, cuidado,
y presteza en la bebida.

LEBRIJA

  La nieve de mí confía,
que este es el mayor regalo.

DON ALONSO

No hay banquete que sea malo
si está la bebida fría;
  con mucho cuidado estoy,
que tiene don Juan, mi hijo,
cuadrilla en su regocijo,
y cena en su nombre doy;
  que siempre en esta ciudad
usamos los cuadrilleros
dar cena a los caballeros
de nuestra parcialidad.

LEBRIJA

  ¿Tengo de ir por mi señora?

DON ALONSO

Con mi hermana se vendrá,
que en sus ventanas está.

LEBRIJA

Dígolo porque ya es hora.

DON ALONSO

  La postrera había de ser
de su vida y de la mía.

LEBRIJA

Ninguna culpa tenía;
yo sé...

DON ALONSO

No hay qué saber.

LEBRIJA

  Notable fue tu cordura
con los dos competidores.

DON ALONSO

Siempre en las cosas de amores
tomo la judicatura;
  pero mi cuerda experiencia
de tal suerte me ha guiado,
que la he visto, y ha llegado
en mi favor la sentencia.

LEBRIJA

  Con tu discreción, señor,
un reino puedes honrar.

DON ALONSO

Quien tiene hijas que casar,
de vidrio tiene el honor.
  El verdugo tiene al lado,
sin alas se atreve al viento,
y navega en mar violento,
dentro en bajel barrenado;
  habita en minada torre,
entre espinas se recrea,
sobre pantanos pasea,
y en potro sin freno corre;
  del aire vano se espanta,
en balde su furia toca,
el agua tiene a la boca
y el cuchillo a la garganta:
  esto y más puede temer
el hombre de más valor
que tiene puesto el honor
al aire de una mujer:
  yo, pues, que tengo dos hijas,
dos hijas mozas sin madre,
yo, que soy noble y soy padre,
mira...

LEBRIJA

Señor, no te aflijas,
  que mi señora...

DON ALONSO

Es razón,
que es de amor la llamarada,
y aunque sangre de Ahumada,
quizá lo está mi opinión.

(Sale DOÑA JUANA.)
DOÑA JUANA

  Ya se hace tarde.

LEBRIJA

Aquí viene.

DON ALONSO

Plática se mude ahora.

DOÑA JUANA

Señor, mira que ya es hora
y que abreviar te conviene.

DON ALONSO

  Doña Juana, hija, querida,
¿qué dices?

DOÑA JUANA

Padre y señor,
que me debes mucho amor.

DON ALONSO

Eres alma de mi vida.
  Que estarás quejosa arguyo,
porque a las fiestas no fuiste.

DOÑA JUANA

Tu gusto, señor, hiciste,
y el mío es hacer el tuyo,
  que no tengo otro contento.
Sino el que te doy a ti.

DON ALONSO

Bien lisonjas.

DOÑA JUANA

Es ansí.

DON ALONSO

Calla.

DOÑA JUANA

Verdades te cuento;
  bien puedes creerme.

DON ALONSO

Baste,
que razón tuvieras, Juana,
pues fue a los toros tu hermana,
y tú en casa te quedaste,
  que aunque eres menor de edad,
mayor caudal en ti hallé,
pues hoy, Juana, te fié
mi casa.

DOÑA JUANA

Dices verdad.

DON ALONSO

  Haya en todo buena cuenta.

DOÑA JUANA

Cree, señor, que te he servido;
todo está ya prevenido;
yo te sacaré de afrenta;
  sarao tendrás esta noche.

DON ALONSO

Y llegará a la mañana.

DOÑA JUANA

¿No, es hora de ir por mi hermana,
Lebrija?

LEBRIJA

Vendrá en un coche.

DON ALONSO

  Estén hachas prevenidas
por lo que acaso se ofrezca.

LEBRIJA

Luego, al punto que anochezca,
señor, las tendré encendidas.

DON ALONSO

  ¿Hay truchas?

DOÑA JUANA

Sí, las que bastan.

DON ALONSO

El mejor plato será.

DOÑA JUANA

¡Petrona!

LEBRIJA

En la sala está.

DOÑA JUANA

¡Petrona!

(Sale PETRONA con plumas.)
PETRONA

El nombre me gastan,
  ¿qué mandas a esta cuitada?

DON ALONSO

¿Qué es lo que tienes, Petrona?

PETRONA

Habíalo con la mona,
que es una desvergonzada.

DON ALONSO

  Pues dime, ¿qué ha sido el caso?

PETRONA

Estoy por desesperarme,
señor; ha dado en cocarme
todas las veces que paso.

DON ALONSO

  Pues esto, ¿qué importa?

PETRONA

¡Bien!
Yo la coco porque es loca,
y pues ella a mí me coca,
loca me llama también;
  ya basta lo que he sufrido;
no más cocos con martica.

DON ALONSO

Mirad, pues, que quien se pica,
dicen que ajos ha comido.
  Y aquí, para entre los dos,
yo digo, amiga Petrona,
que te ha cocado por mona.

PETRONA

¡Malos años para vos!

LEBRIJA

  Y aún es peor, que por vieja
te ha cocado.

PETRONA

El cimenterio

LEBRIJA

Este es, Petrona, el misterio.

PETRONA

Por eso es mayor mi queja;
  cóqueme por perezosa,
por floja, por descuidada,
por fea, por afeitada,
por liviana, por golosa;
  cóqueme por el dormir,
por lo tinto, por lo aloque,
y por vieja no me coque,
porque no lo he de sufrir.

LEBRIJA

  Y si lo eres.

PETRONA

¡Majadero!

LEBRIJA

¡Paco!

PETRONA

¿Vieja me llamó?
¿Parece él mejor que yo,
cara de mocos de herrero?

LEBRIJA

  Quedaos con ella, Lebrija,
cocadla más.

PETRONA

¡Rabio en parte!

DOÑA JUANA

La mesa quiero enseñarte,
vamos, señor.

DON ALONSO

Vamos, hija,

(Vanse DON ALONSO y DOÑA JUANA.)
LEBRIJA

  ¿Son plumas?

PETRONA

Sí, plumas son
de las aves que he pelado.

LEBRIJA

Buena invención has sacado.

PETRONA

¿Yo, Lebrija? ¿Qué invención?

LEBRIJA

  Mujer vieja y emplumada...
Pregúntalo a la cartilla.

PETRONA

Miente el caduco, potrilla.

LEBRIJA

Poco a poco, deslenguada.

PETRONA

  ¿Pensáis que os he de sufrir?
Antes yo de rabia muera:
no me llames cobertera,
que aún de olla puedo servir.

LEBRIJA

  Ya es ése mucho desgarro...

PETRONA

Vos tenéis muy gentil cholla.

LEBRIJA

Ya no pasaréis por olla.

PETRONA

Vos podéis pasar por jarro.

LEBRIJA

  Calla, loca.

PETRONA

Soy honrada,
y de algún bueno sobrina.

LEBRIJA

Sí, que allá por la cocina
te puedes llamar ahumada.

PETRONA

  Agradecelo a quien viene,
que a fe que yo os respondiera.

LEBRIJA

Dios me libre de esta fiera
por lo que de sierpe tiene.

(Salen DON ALONSO, TERESA, DOÑA JUANA y pajes con hachas.)
DON ALONSO

  Las hachas aquí dejad,
y al patio, pajes, volved;
vos las mesas componed,
y vos en su guarda estad.
  Luego lo que importa ordena.

DOÑA JUANA

Al corredor quiero ir;
que he de estar a recibir
los que vienen a la cena.

DON ALONSO

  El trabajo se reparta.

LEBRIJA

Vamos de aquí, fregatriz,
que eres por lo flaco miz,
y por lo cocale, marta.

PETRONA

  Vamos, señor Gandalin,
que es hambriento por lo hidalgo,
y ligero por lo galgo,
y burdo por lo mastín.

(Vanse LEBRIJA y PETRONA.)
DON ALONSO

  Contigo solo he quedado,
de razón y furia lleno,
porque pruebes el veneno
que tu liviandad me ha dado.
  Y fue llevarte a la fiesta,
porque quise, como sabio,
disimular el agravio
que tanta pena me cuesta.
  ¡Dos papeles en un día!
¡Por cierto, honrada mujer!

TERESA

No te acabo de entender.
¿Qué dices?

DON ALONSO

Bien, a fe mía.

TERESA

  ¿No traes los papeles?

DON ALONSO

Sí.

TERESA

De mi prima son los dos.

DON ALONSO

Y éste, ¿qué es?

TERESA

¡Válgame Dios!
Algún engaño hay aquí.

DON ALONSO

  ¡Ah, falsa!

TERESA

¿No me dirás
en qué?

DON ALONSO

Mira estos papeles,
que son testigos fieles
de que engañándome estás;
  este firma don Ramiro,
de su engaño y amor ciego,
y éste, tu primo don Diego.

TERESA

¡Mi primo! ¿Qué es lo que miro?
  Y ¿son éstos, di, señor,
los que en mi poder hallaste?

DON ALONSO

Y el corte que levantaste
contra el filo de mi honor.

TERESA

  ¡Jesús me valga! ¿Qué haré?
Señor, engañada fui.

DON ALONSO

¿Qué disculpa tienes, di,
en tu manga los hallé?

TERESA

  Engaño ha sido.

DON ALONSO

Y bien grande;
pues hoy, falsa, mi honor menguas,
que la mujer que anda en lenguas,
no es bien que en papeles ande.
  Que aunque haya de ser marido,
después de haberse casado
sentirá, si fuese honrado,
que los hayas recibido.

TERESA

  No juzgues en mi deshonra.

DON ALONSO

Escrita mira, y firmada,
la cruel sentencia dada
contra el cuello de mi honra.
  Estas las probanzas son
falsas, cruel Falerina;
que nunca en rostro de harina
sufre afeites la opinión.

TERESA

  Por de mis primas me dieron
dos papeles.

DON ALONSO

¡Ay, tirana!

TERESA

Y otro por de doña Juana;
con este engaño vinieron:
  no culpes mi buen decoro;
que este acíbar escondido,
píldora de engaño ha sido,
cubierta con hojas de oro.

DON ALONSO

  De muerte dirás mejor;
que son las de estos papeles
hojas de aceros crueles,
forjadas contra mi honor.

TERESA

  No me afrentes.

DON ALONSO

¡Pierdo el ser!

TERESA

Sin razón, señor, te enojas.

DON ALONSO

Pues siembras en estas hojas,
¿qué fruto quieres coger?

TERESA

  Ya digo que por engaño
los billetes recibí;
no me trates, padre, ansí,
que estoy salva.

DON ALONSO

  ¡Extraño caso!
Reconoce este papel:
la firma y lo escrito mira,
verás clara tu mentira,
y mi afrenta escrita en él.
  Teresa, ¿ves tu deshonra?

TERESA

Una toca di a mi primo,
que como a deudo le estimo,
que como a deuda me honra.

DON ALONSO

  Hija, tengas culpa o no,
la ocasión quiero quitarte;
digo que quiero casarte,
para no cansarme yo;
  ya la mano tengo dada;
don Ramiro es tu marido.

TERESA

Llámole yo mal venido;
no tengo de ser casada.

DON ALONSO

  ¿Qué me dices?

TERESA

Sólo digo
que ser monja es mi deseo.

DON ALONSO

¿Monja, hija? No lo creo.

TERESA

Sólo el cielo es buen testigo;
  no hay duda que me poner;
que nada, señor, me espanta.

DON ALONSO

Ya te imagino una santa;
milagros podrás hacer.

TERESA

  ¿Burlas?

DON ALONSO

Por lo que te ensalzas.

TERESA

En religión quiero entrar.

DON ALONSO

Y luego querrás fundar
convento de las Descalzas;
  darás ejemplar doctrina
mostrando a tu religión
suspiros en la oración
y sangre en la disciplina;
  ya llego a considerarte
una vara y más del suelo;
ya pienso que se abre el cielo
con gusto de enamorarte;
  andarás toda endiosada,
y ayunarás todo el día,
pasarás la noche fría
en oración transportada.
  Ya me das indicios ciertos,
aunque de mí no creídos,
que has de sanar los tullidos
y resucitar los muertos;
  la tierra no ha de comer
tu difunto cuerpo helado,
y al fin, después de enterrado,
viva sangre ha de verter;
  tus reliquias verdaderas
el lugar irá besando.

TERESA

Lo que me dices burlando
podrá Dios hacer de veras.

DON ALONSO

  Mira que yo el ser te di.

TERESA

No he de hacer el casamiento.

DON ALONSO

¿Por qué?

TERESA

Por mi buen intento.

DON ALONSO

Mira que no estás en ti;
  de tu provecho te olvidas:
que si llegamos a cuentas,
pocas monjas hay contentas,
y muchas arrepentidas.

(Sale DOÑA JUANA.)
DOÑA JUANA

  Ya la sala tienen llena,
mi señor, tus convidados;
mira que vienen cansados,
y que se tarda la cena.

DON ALONSO

  Vamos, hija; y vos mirad
que está el sí que tengo dado
para mañana tratado.

TERESA

Aún tengo yo voluntad.
  Y cuando casada sea,
sólo ha de ser con don Diego.

(Salen DON RAMIRO y PETRONA.)
DON RAMIRO

A tu esfera se va el fuego,
y el alma al fin que desea.

PETRONA

  Contigo, señor, me alegro.

DON RAMIRO

Toma.

PETRONA

El provecho está llano;
parece de ámbar la mano
por lo anillo y por lo negro.

DON RAMIRO

  Y mano que ha florecido
con otro, muy bien parece;
buena ocasión se me ofrece.

PETRONA

¡Gran ventura se ha tenido!

(Salen DON DIEGO y LEBRIJA.)
DON DIEGO

  Lebrija amigo, tomad,
poné al cuello esta cadena.

LEBRIJA

Lo que durare la cena
tenéis de tiempo, llegad.

DON RAMIRO

  Como esposo llegar quiero

DON DIEGO

Llegar quiero como esposo.

DON RAMIRO

Ya llega el punto dichoso,
que gozar mi gloria espero.

TERESA

  ¿Quién ha entrado en mi aposento?

DON RAMIRO

Vuestro esposo.

TERESA

¿Dos esposos?

DON RAMIRO

¡Abrid los ojos hermosos!

DON DIEGO

¡Mirad que sois mi contento!
  ¿Es don Ramiro?

DON RAMIRO

Es don Diego.

DON DIEGO

Soy dueño de esta ocasión.

DON RAMIRO

Yo estoy en la posesión.

DON DIEGO

Yo estoy en medio del fuego.

DON RAMIRO

  Yo vengo como marido.

DON DIEGO

Yo vengo como casado.

DON RAMIRO

Yo sólo soy el llamado.

DON DIEGO

Pues yo sólo el escogido.

DON RAMIRO

  Yo digo en todo verdad.

DON DIEGO

Yo también la digo en todo.

DON RAMIRO

Probémoslo de este modo.

TERESA

Dése algún medio: escuchad.

DON RAMIRO

  Ya forzoso es remitirse
a la espada; esto ha de ser;
que es diamante la mujer,
y pierde mucho en partirse.

TERESA

  Tened, si acaso los dos
queréis honrarme.

DON RAMIRO

Yo, sí.

TERESA

¿Y vos?

DON DIEGO

Responda por mí
el alma que tengo en vos.

TERESA

  Gran peligro mi amor tiene:
volved a considerar;
pero ya no hay que mirar,
que mi padre es el que viene.

(Sale DON ALONSO.)
DON ALONSO

  ¿Qué es esto?

TERESA

Llega, señor;
desvíate, aleve, aparte,
que ordinario, el que departe
lleva la parte peor.

DON ALONSO

  ¡Caballeros en mi casa!
¡En el cuarto de mis hijas!

TERESA

Tu furia es bien que corrijas.

DON ALONSO

¿Qué ha sido esto? ¿Cómo pasa?

DON RAMIRO

  Yo, señor, guardo mi esposa,
y en rabiosos celos ardo.

DON DIEGO

Yo, señor, mi esposa guardo,
lleno de furia celosa.

DON ALONSO

  Buen fin mi casa en ti halla
¿Qué dices de lo que digo?
Pero no hay tan buen testigo
como el reo cuando calla.

TERESA

  Cuando culpada me hallares,
corta el hilo de mis días.

DON ALONSO

Un marido no querías,
mas ya los tienes a pares:
  y dirás con arrogancia
que es honrosa la ocasión,
pues que los pares no son
más que los doce de Francia.
  Ya mi honor a entender viene
tu falsedad y lisonja;
que mal será buena monja
quien tantos maridos tiene.

DON RAMIRO

  Nuestra la culpa es, señor

DON DIEGO

Los dos tenemos la culpa.

DON ALONSO

Uno y otro la disculpa,
pero cúlpala mi honor.

TERESA

  Quiero abonar mi partido;
señor, si ciego no estás,
dos celosos hallarás,
y ningún favorecido.
  ..............................
No te ofenden, padre, a ti,
que me pretenden a mí
si yo no les favorezco.

DON ALONSO

  Temo que tu honor infamen,
y más en este lugar.

TERESA

Si ellos me quieren amar,
¿puedo hacer que no me amen?
  No tengo yo poderío
contra su amoroso abismo;
que los hombres, aun Dios mismo
les deja el libre albedrío.

DON ALONSO

  ¿Quién los trajo a tu aposento?

TERESA

No lo he sabido, señor.

DON ALONSO

Como fantasmas de amor
se vendrían por el viento.

DON DIEGO

  Yo, que en esperanza estaba,
ver mi esposa pretendía.

DON RAMIRO

Yo, que esperanza tenía,
la posesión procuraba.

DON ALONSO

  Aunque enojado me habéis,
hoy de nuevo me obligáis,
pues de mi sangre os honráis
y ser mis deudos queréis.
  Y si acaso esta hija cara
dividir en dos pudiera,
una a cada uno diera
y de los dos me ilustrara.
  Mas supuesto que ella es una
y que los yernos son dos,
ella elija, y trace Dios
lo que importe a su fortuna.
  Y lo que es de la cuestión
no se trate, aquí se quede,
porque si se sabe puede
manchar mi buena opinión.
  Disimulad; que ya sale
don Juan con los convidados,

DON RAMIRO

Logre el amor mis cuidados.

DON DIEGO

Mi premio a mi pena iguale.

DON ALONSO

  Diré que al sarao vinisteis;
que importa disimular.

(Salen DON JUAN, y JUAN DEL VALLE, y pajes con hachas.)
VALLE

Dése principio al danzar.

DON JUAN

Siempre cortesano fuisteis

VALLE

  Hermosa está doña Juana.

DON ALONSO

Dése principio al sarao.

DON JUAN

Tocad un pie de gibao,
danzaréle con mi hermana.
{{Pt|TERESA|
  Una batalla es mejor.

DON DIEGO

Si mi tío me dejara,
yo la batalla lanzara
contra mi competidor.
(Danzan TERESA y DON JUAN.)

VALLE

  ¡Buen aire!

DON RAMIRO

En extremo danza;
ella se lleva la palma.

DON DIEGO

Medida me toma al alma.
el compás de esta mudanza.

VALLE

  Es lo que hay que desear.

TERESA

Cansada quedo, a fe mía.

DON RAMIRO

Mirad que ha llegado el día
en que me habéis de juzgar.

DON DIEGO

  Prima, en el punto dichoso,
mirad que estéis bien templada.

TERESA

Caso que yo sea casada.
vos, primo, seréis mi esposo.

VALLE

  Si gustáis, dance conmigo
mi señora doña Juana.

DON JUAN

Bien puede danzar mi hermana;
que Valle es muy gran mi amigo.

VALLE

  Salid antes que amanezca
para que el alba se afrente
viendo que en nuestro oriente
hay otra que la oscurezca.

DOÑA JUANA

  ¿Qué es lo que mandáis que dance?

VALLE

Decid vos.

DOÑA JUANA

Un saltarén.

VALLE

Yo sabré volalle bien,
y plega a Dios que os alcance.
(Danzan.)

TERESA

  Hermano, disimulando,
conviene a nuestra opinión
que, para cierta ocasión,
me vengáis acompañando.
  Vamos, pues.
(Vanse DON JUAN y TERESA.)

DON RAMIRO

Doña Teresa
con don Juan, su hermano, fue;
seguillos quisiera, a fe.

DON DIEGO

De no seguillos me pesa.

VALLE

  Como de vos se esperó.

DOÑA JUANA

Por daros gusto salí.
(Sale DON JUAN.)

DON JUAN

Señor, engañado fui.

VALLE

¿Quién o cómo te engañó?

DON JUAN

  Mi hermana.

DON ALONSO

Dime su intento.

DON JUAN

Con extraña presunción
me llevó a la Encarnación
y se quedó en el convento.
  Dice que antes que se venga,
por lo que tú ya has sabido,
quiere elegir un marido
que a nuestra opinión convenga.
  Dice que la veas luego.

DON ALONSO

Quédese el sarao ahora;
que ya el pintor de la aurora
derrama esmaltes de fuego.
  Perdonad.

DON RAMIRO

Todos iremos.

DON DIEGO

Mi vida o muerte he de ver.

DON ALONSO

¿Qué intento puede tener?
Con brevedad lo veremos.
(Vanse; salen TERESA y la ABADESA de la Encarnación; queda a la puerta un SACRISTÁN.)

TERESA

  Aquí en la iglesia estaré
en lo que mi padre viene.

ABADESA

Sea ansí; buen celo tiene;
guarda la puerta.

SACRISTÁN

Sí haré.

TERESA

  Mi luz, Cristo, habéis de ser,
y en casa de vuestra Madre
os pido, como a mi padre,
consejo en lo que he de hacer,
  cómo os pueda más servir.
(Va LEONIDO a entrar.)

LEONIDO

Amigo, luego saldré.

TERESA

Dios, ¿con cuál marido iré?

SACRISTÁN

Con Cristo se puede ir.

TERESA

  Con Cristo una voz me dijo;
el cielo debe de hablar.

LEONIDO

¿No entraré?

SACRISTÁN

No hay que dudar.

LEONIDO

Déjame, no, seas prolijo.

TERESA

  Esta voz misterio esconde,
pues cuando lo digo yo
que es el cielo quien me habló,
no hay que dudar, me responde.
  Aunque su dueño no he visto,
por quien habla, voz es cierta.

LEONIDO

¿Por quién guardas esta puerta?

SACRISTÁN

Por esta casa y por Cristo.

TERESA

  Por Cristo y por esta casa
dice el que habla: ¡extraño caso!
Sudores de muerte paso.
(Dale LEONIDO un rempujón al SACRISTÁN.)

SACRISTÁN

Esto y más, por Dios se pasa.

TERESA

  Por Dios se pasa esto y más;
mi luz esta voz ordena.
¿Por quién se pasa esta pena?

SACRISTÁN

Por Dios.

LEONIDO

En blasfemo das.
  No jures.

TERESA

Al pensamiento,
¿quién dará el medio que aguarda?

LEONIDO

¿Quién os puso aquí de guarda?

SACRISTÁN

¿No os he dicho que el convento?

LEONIDO

  Habla paso...

TERESA

Qué, ¿hallaré
en el convento consuelos?

SACRISTÁN

Como Dios está en los cielos.

LEONIDO

No jures, sosiégate.

TERESA

  ¿Que aquí el medio he de tener,
como en el cielo está Dios?

SACRISTÁN

Aquí, para entre los dos,
esto que digo ha de ser.

TERESA

  Al alma esta voz conforta;
mas con todo, hay que dudar.

SACRISTÁN

No tiene que se cansar;
que ya he dicho lo que importa.

TERESA

  ¿Lo que me importa? Es verdad;
pero tan confusa estoy,
que crédito no me doy.

SACRISTÁN

Ya es mucha incredulidad.

TERESA

  Ved, señor, que estoy dudando:
ayudad porque no caya.

SACRISTÁN

¿Yo no he dicho que se vaya
con Cristo? ¿Qué está cansando?

TERESA

  Cansando dice que estoy,
con suave tono y manso;
mas yo digo que descanso
con lo que cansando voy.

LEONIDO

  Hacia aquí nos desviemos
y hablemos paso.

SACRISTÁN

En buen hora;
pero no hay lugar ahora.

LEONIDO

Como que e . . . . . . . . .

SACRISTÁN

  Don Alonso . . . . . . . . .
Es que co . . . . . . . . . . .

LEONIDO

Disim . . . . . . . . . . . . . .

SACRISTÁN

Ya la . . . . . . . . . . . . . .
Salen la ........

ABADESA

  Vuestro padre viene aquí,
y vuestros deudos también.

DON ALONSO

Plegue a Dios que pare en bien.

DON JUAN

Cierto que lo pienso ansí.

DON ALONSO

  Señora doña María...

ABADESA

¿Por vuestra prenda vendréis?

DON ALONSO

Vuestra llamarla podréis.

ABADESA

Débolo a su cortesía.

DON ALONSO

  Hija, ¿cómo aquesto ha sido
sin mi orden, sin hablar?

TERESA

Con Dios quise aconsejar,
y a su casa me he venido.

DON ALONSO

  Pues don Ramiro y don Diego,
den Juan y yo, que aquí estamos,
todos respuesta esperamos
de tu gusto y mi sosiego;
  Dios te inspire, hija querida,
con que esta elección se acierte.

DON RAMIRO

Dame la vida o la muerte.

DON DIEGO

Dame la muerte o la vida.

DON RAMIRO

  Su padre está de mi parte;
sin duda seré el nombrado.

DON DIEGO

Pues la palabra me has dado,
el alma quiero fiarte.

TERESA

  Al fin en esta ocasión
mi nombramiento es forzoso.

DON ALONSO

Tuyo ha de ser el esposo,
y a tu gusto la elección.
  Pues ya de mí se fió
el nombramiento presente
yo nombro a...

DON RAMIRO

Detente,
que el nombrado he de ser yo...
  . . . . . qué importa a mi honor...
. . . . . . . . . . . . . . mbién
. . . . . . . . . . . . . . el bien
. . . . . . . . . . . . . . . amor
. . . . . . . . . . . . . . . . . ida
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  Pero importa claridad,
y ansí, para mi sosiego,
a don Ramiro, a don Diego.
declaro mi voluntad;
  y por no dejar celoso
a ninguno de los dos,
nombro por esposo a Dios,
que es el verdadero esposo.

DON RAMIRO

  El alma teme y se abrasa.

DON DIEGO

Ella teme su interés.

TERESA

Pues ya Dios mi esposo es,
quiero quedarme en su casa.

DON ALONSO

  Escucha.

TERESA

No hay qué escuchar.

DON ALONSO

Advierte...

TERESA

No hay qué advertir,
que a mi esposo he de seguir,
y a mi padre he de dejar.

PETRONA

  Pues mi justo amor me abona,
lléveme consigo allá.

ABADESA

Y tú, ¿qué has de hacer acá?

PETRONA

Seré monja motilona.
(Vanse TERESA, la ABADESA y PETRONA)

DON ALONSO

  ¡Extraña resolución!

DON JUAN

Por cierto motivo honrado.

DON DIEGO

De esposo se ha mejorado.

DON ALONSO

Y yo lo estoy de opinión.

DON RAMIRO

  ¿Qué os parece?

DON DIEGO

No me espanto.

DON RAMIRO

Alzósenos Dios con ella.

DON ALONSO

Tenía censo sobre ella;
y quísola por el tanto:
  vamos a la portería.

DON JUAN

Razón es que la veamos.

DON DIEGO

Vamos todos; venid, vamos.

DON ALONSO

Llorando voy de alegría

DON RAMIRO

  ¡Grande fe!

DON JUAN

¿Tendrá constancia?

DON ALONSO

No la pude persuadir.

SACRISTÁN

Ojos que la vieron ir,
no la verán más en Francia.