Supremo César a quien guarde el cielo
para bien del imperio soberano,
cuyas águilas den tan alto vuelo
que el nombre goces de Rodulfo el Magno:
del rey Otón el religioso celo,
las piadosas entrañas de cristiano,
hoy han dado un ejemplo sin segundo,
de paz, de gloria y de grandeza al mundo.
Ciertos frailes franciscos y agustinos
que anoche su justicia consultaban,
y otros letrados deste nombre dignos
que de entrambos derechos alegaban,
con dar a su opinión varios caminos,
el verdadero para el alma erraban,
de suerte que al Rey hablan claramente
para que paz con tu grandeza intente.
Hallando, pues, que la razón es tuya
y que el Imperio con justicia tienes,
quiere que se celebre y se concluya
si en lo que ahora te suplica vienes,
más porque el mundo su opinión no arguya
puesto que tú con tu valor le enfrenes,
si darte la obediencia es fuerza justa,
siendo en secreto, de ofrecerla gusta.
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