Visitando a un elector
de mi rey mal informado,
a tu embajador Ataúlfo
hallé para el mismo caso.
Proponiendo mi justicia
ciertas palabras pasaron
de que no estoy satisfecho
si me ha resultado agravio.
Y antes que a España me vuelva,
quise venir a tu campo,
que contra Ataúlfo le pido
si me das licencia y plazo;
que basta que a Alfonso llevo
las malas nuevas que traigo,
sin que lleve alguna duda
en los puntos de hijodalgo,
ya sabe Ataúlfo quién soy,
de quien la respuesta aguardo
de las palabras que dijo
a mis espaldas hablando.
Si bravo la parecí
entre libros y letrados,
agora le desafío
entre espadas y venablos.
Y pues la ventaja es suya
salga como entonces bravo,
porque vencedor o muerto
pienso quedar en el campo.
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