La hidra de amoroso pensamiento
La hidra de amoroso pensamiento, que rota del acero siempre crece, contienda áspera a la alma triste ofrece, rendida a la impía fuerza del tormento. Si del olvido justo y sentimiento la aguda espada en ella se entorpece, y con su daño fértil reverdece, por un cuidado muerto alzando ciento, forzoso es el socorro al ya cansado Alcides del trabajo, porque en fuego con el desdén la acabe el duro hierro; mas recelo que en Juno Amor trocado, la suba al cielo, y crezca en vano luego con nueva confusión más grande el hierro.