La hermana muerta y la viva
La hermana muerta y la viva.
Un aguador encontró pocos dias hace á una jóven su paisana, á quien al parecer no habia visto en mucho tiempo, y dejando la cuba en el suelo, y santiguándose varias veces con muestras de admiración, dijo:
— ¡Dios mió! ¡Dios mió! ¡pobre hija mía! ¿eres tü la que se ha muerto, ó tu hermana?
— Mi hermana es, según creo, la que ha muerto, dijo la joven gallega; pero yo he sido la que ha estado mas mala.