Escena VIII

editar
CANTALICIO y VICTORIA.


CANTALICIO.- ¿Qué es eso, hijita?... ¿Quiere hacerme llorar a mí también?... ¡Le aseguro!... Si me voy es porque me han echao... Ya me estaba aquerenciando aquí... con sus cuidados.

VICTORIA.- (Sin alzar la cabeza.) ¡Mentira! ¡Nadie lo echa!... Usted se va porque no me quiere.

CANTALICIO.- ¡Mucho, pero mucho!... ¿Cómo no había de quererte?... Si sos tan güena... Vamos, alce esa cabeza... Deme un beso y adiosito... (La alza.)

VICTORIA.- (Echándose al cuello.) ¡Tata!... ¡Tatita!... Usted no puede irse... No se vaya... ¡No me deje sola!... ¡Porque yo me muero!...

CANTALICIO.- ¿Tata?... ¡Oh!...

VICTORIA.- ¡Tata!... ¡Sí!... ¡Tata!... Usted es mi otro padre...

CANTALICIO.- ¡Me lo vas a hacer creer, muchacha!...

VICTORIA.- ¡Es la verdad! Por eso usted no puede irse...

CANTALICIO.- Si no hablás claro...

VICTORIA.- (Serena ya.) ¿Me promete quedarse?...

CANTALICIO.- ¡Eso no!... Perdoname, pero...

VICTORIA.- Entonces, siéntese un ratito... (Se sienta.) Diga... ¿Usted no me había dicho que estaría muy contento si yo me casara con Próspero... y... le diera muchos nietecitos?...

CANTALICIO.- ¡Ya lo creo!... Pero se me hace muy difícil... ¡Imposible!... De tu parte, claro está que no... Los viejos es la cosa...

VICTORIA.- Bueno; por eso mismo es que quiero que no se vaya...

CANTALICIO.- ¿Pa convencer a los gringos? ¡Ah! ¡No, hijita!... ¡Ah! ¡No, hijita!... Eso sería como querer contar las estrellas. Nunca se cuentan y le salen verrugas a uno en los dedos...

VICTORIA.- Es que usted me puede ayudar de otra manera...

CANTALICIO.- No sé cómo!...

VICTORIA.- Mire. A mí no me hacen casar con ningún otro... Me andan metiendo por los ojos al constructor y hasta creo que ya habló con tata el individuo... pero yo primero me escapo...

CANTALICIO.- ¿Y ande vas a ir?...

VICTORIA.- Me iría con usted... o qué sé yo...