Escena XIV

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CANTALICIO y PRÓSPERO.


CANTALICIO.- ¿Lo has visto al gringo?... Miralo qué contento. Ha husmeado que no le traigo la plata... ¡Hum!...

PRÓSPERO.- No sé de qué me habla.

CANTALICIO.- Hacete el desentendido. Cuando menos, sos socio ya d'él... ¿O no sabés que ayer se me vencieron todos los papeles que le firmé... y que no tengo con qué pagarle?...

PRÓSPERO.- ¿Eh? La culpa no es mía...

CANTALICIO.- ¡Desalmao!... Es que me va a quitar el campo... y la casa... y todo...

PRÓSPERO.- ¿Y?...

CANTALICIO.- (Desconcertado.) Es que todo eso es tuyo también... que nos quedaremos los dos sin nada...

PRÓSPERO.- ¡Pa lo que he tenido!...

CANTALICIO.- Mirá, Próspero... No empecés con esas cosas... Viá creer que ya me has perdido el poco cariño que me tenías... Vení aquí, a mi lado... ¡Sentate!... ¿Te parece cosa linda que de la mañana a la noche, un estrangi del diablo, que ni siquiera argentino es, se te presente en la casa en que has nacido, en que te criaron tus padres y vivieron tus agüelos... se te presente y te diga: fuera de acá; este rancho ya no es suyo, ni ese campo es suyo, ni esos ombuses ni esos corrales, ni esos cercos son suyos?... (Conmovido.) ¿Te parece justo y bien hecho?...

PRÓSPERO.- Yo no le digo que sea justo, tata. Digo... que no tengo la culpa... Usted sabe que desde hace tiempo vivo por mi cuenta y de mi trabajo. Jamás me he metido en sus negocios...

CANTALICIO.- Lo sé muy bien, pero...

PRÓSPERO.- Y si pudiera pagarle a don Nicola lo que usted le debe, lo haría con mucho gusto...

CANTALICIO.- Entonces crees que debo quedarme tan fresco y dejar que éstos me pateen el nido.

PRÓSPERO.- ¡Qué más remedio! Si usted me hubiese dado el campito cuando yo se lo pedí pa sembrarlo, no se vería en este trance; pero se empeñó en seguir pastoreando esas vaquitas criollas que ya no sirven ni pa... insultarlas, y cuidando sus parejeros y puro vivir en el pueblo, y dele al monte y la taba... y, amigo... a la larga no hay cotejo...

CANTALICIO.- ¡Velay!... ésa no me la esperaba... Llegar a esta edá pa que hasta los mocosos me reten... ¡Salite de acá, descastao!...

PRÓSPERO.- No, tata. ¡No sea así!... «Bisogna eser»...

CANTALICIO.- ¡No digo!... Conque «bisogna» ¿no?... ¡Te has vendido a los gringos!... ¿Por qué no te ponés de una vez una caravana en la oreja y un pito en la boca y te vas por ahí a jeringar a la gente?... ¡Renegao!... ¡Mal hijo!...