La gente honesta: 15


Escena VI editar

ERNESTO - ADOLFO


ADOLFO.- (ADOLFO con dos patos en la mano, canturreando el aire conocido.) ¡Yo soy el pato! ¡Yo soy la pata...! (A ERNESTO que ha salido adelante pensativo.) ¡Estás hecho un otario? ¿Qué te pasa? ¡No seaos idiota, hombre! ¿Te ha mareado el lago?...

ERNESTO.- ¡Déjame en paz! ¡No tengo nada!

ADOLFO.- ¡Pero!...

ERNESTO.- Tú primero con ese titeo estúpido sobre mi familia, y ahora... ahora... ese gringo Chifle, me han agriado la fiesta!...

ADOLFO.- ¿Qué te ha dicho ese gringo del diablo?

ERNESTO.- Nada... que cuando nos cruzamos en el lago, con esa cara, y esa risa de Mefistófeles que tiene, me gritó: ¡Bonito te va a poner tu mujer... y... qué quieres! Tengo el pálpito, el presentimiento de que...

ADOLFO.- ¡Pucha que sos pavo! ¡Cómo puedes suponer que Luisa! ¡Cállate, hombre!... ¡Salí de ahí!... ¿Por quién podrían saberlo?... Mira, ahí vienen los muchachos. No pongas esa cara tan lúgubre que te van a titear. Estás muy viejo para trancas románticas... ¡Ahí vienen! Reíte, hombre.