La gaviota (Sala)
Sobre montañas de rugientes olas,
junto al abierto seno del abismo,
la gaviota, sin miedo a la tormenta,
tranquila se ha cernido.
Mas de pronto despiértase azorada,
y lanza al viento lastimeros gritos;
se acuerda que pendiente de una roca
colgó su dulce nido.
Sobre el hirviente mar del infortunio
flotó, también, sereno el pecho mío;
luego a pedazos me saltaba el alma...
¡Ay! pensaba en mis hijos.