La flor de los recuerdos (México): 13


III. editar

A él como á la gaviota de las desiertas playas,
Como á la golondrina, viajera universal,
Le dan un doble nido las torres y atalayas
Que se alzan sobre el uno y el otro litoral;
Su voz al par por eso ya lánguida ó potente,
Ya en éco desmayado, ya en grito colosal,
Retumba con el ronco bramido del torrente,
Susurra con la abeja que zumba en el rosal.

Gime en el valle bajo los tilos,
Ruge del monte dentro los silos,
Silva en las grietas del peñascal;
Para que pase su voz bendita,
Sus ajimeces dá la mezquita,
Sus rosetones la catedral.

Con el bálsamo suave
De sus canciones
Adormecen sus penas
Los corazones
Todo lo encanta,
Porque todo le dice:
“¡Cántame!” y canta.