La diferencia en el medir
La diferencia en el medir.
Un pobre preso del Saladero, que bebia mas de lo regular, se cayó en el lugar escusado, de donde lo sacaron medio muerto. Después de bien lavado y limpio, le preguntaba el escribano en las diligentias que formó:
— ¿Hasta dónde le llegaba á V.? — Señor, hasta el tobillo.
Entonces el peligro que corrió no ha sido muy grande, que digamos, y lo que estraño es, que no haya podido salir solo.
— ¡Ah! señor, si caí de cabeza.
—¡Ya!