La curiosidad exagerada
Entró un estudiante en una viña á comer uvas, y fué tal su mala ventura, que dió el guarda con él y le pidió prenda.
— Eso no es justo, dijo el estudiante, porque yo no entré en la viña á comer, sino á descomer.
— Pruébamelo, contestó el guarda, y te doy por libre.
Principiaron los dos á recorrer la viña, no siendo posible al estudiante encontrar lo que no habia hecho, hasta que cansados de dar vueltas tropezaron por fin en medio de dos cepas con lo que habia dejado en aquel sitio un pacífico buey.
— Hélo aquí, dijo el estudiante.
— No puede ser cierto, contestó el guarda, porque ello... no es de hombre sino de buey.
— ¡Cuerpo de tal...! replicó el estudiante. ¡Fuerte cosa es! ¿Tambien se quiere V. meter en que yo haga eso ó no lo haga á lo buey?