La cifra
¿Aún guardas, árbol querido la cifra ingeniosa y bella con que adornó mi adorada tu solitaria corteza? Bajo tu plácida sombra me viste evitar con Lesbia del fiero sol meridiano el ardor y luz intensa. Entonces ella sensible pagaba mi fe sincera y en ti enlazó nuestros nombres de inmortal cariño en prenda su amor pasó, ¡y ellos duran cual dura mi amarga pena!... Deja que borre el cuchillo memorias ¡ay! tan funestas. No me hables de amor: no juntes mi nombre con el de Lesbia, cuando la pérfida ríe de sus mentidas promesas y de un triste desengaño al despecho me condena.
1821