La cierva y el león

La cierva y el león
de Félix María Samaniego


Más ligera que el viento, 
Precipitada huía
Una inocente Cierva, 
De un cazador seguida. 
En una oscura gruta, 
Entre espesas encinas, 
Atropelladamente 
Entró la fugitiva.
Mas ¡ay! que un León sañudo, 
Que allí mismo tenía
Su albergue, y era susto 
De la selva vecina, 
Cogiendo entre sus garras 
A la res fugitiva,
Dio con cruel fiereza
Fin sangriento a su vida.


Si al evitar los riesgos 
La razón no nos guía, 
Por huir de un tropiezo, 
Damos mortal caída.