​La campanilla​ de Félix María Samaniego

Preguntó en el Paular un forastero

el uso de una grande campanilla

que veía en el claustro; y el portero

le respondió: -El oírla es maravilla,

porque sólo se toca cuando fiero

el tentador carnal los frailes pilla.

A que el curioso replicó guiñando:

-Pues, padre, estará siempre repicando.