Nuevas fábulas
La cabra y la vid

de Felipe Jacinto Sala



Cierta Cabra montesa,
que astutos cazadores perseguían,
buscando desalada algún refugio
entrose en una viña,
donde, debajo de sus anchos pámpanos,
la vid frondosa la ocultó benigna,
y así burló de pronto a los que diestros
seguíanle la pista.
Cuando la Cabra se creyó segura,
comenzó a devorar las hojas mismas
que con tanta bondad diéronla amparo
para salvar su vida.
Mas luego un cazador que, rezagado,
apareció en la vía,
oyó el rumor, y con certera mano
abriola el pecho con mortal herida.
-«Nadie olvide mi historia,
-la triste Cabra al espirar decía;-
»la ingratitud es vicio aborrecible,
»que el cielo en mí castiga.»-