La arenga de un alcalde
La arenga de un alcalde.
Un anciano fue nombrado alcalde, y el día en que se reunió el concejo para darle la posesion, pronunció la siguiente arenga: — Os doy gracias, amigos mios, y estad seguros de que jamás olvidaré el dia en que habéis tenido la bondad de poner mis canas á vuestra cabeza.