La araucana primera parte/III
III
Valdivia con pocos españoles y algunos indios amigos camina a
la casa de Tucapel, para hacer el castigo. Mátanle los araucanos,
los corredores en el camino en un paso estrecho y danle después
la batalla, en la cual fue muerto él y toda su gente por el gran
esfuerzo y valentía de Lautaro
¡Oh incurable mal! ¡oh gran fatiga, |
¡Cómo de los que yerran abominan |
Bien conocéis la fuerza del Estado, |
En esto a caso llega un indio amigo, |
Viendo Valdivia serle ya forzoso |
Contra el escuadrón bárbaro importuno |
El enemigo hierro riguroso |
No os desnudéis del hábito y costumbre |
¿De quién prueba se oyó tan espantosa, |
Estaba el suelo de armas ocupado |
Pasa recio Valdivia y va furioso, |
Era la diferencia incomparable |
Cual suelen escapar de los monteros |
Así el determinado viejo cano |
Cuando la luz las aves anunciaban |
«Menos que vos, señores, no pretendo |
Con atención de todos escuchada |
Por él las fiestas fueron alargadas, |