La aguja de navegar cultos con la receta para hacer Soledades en un día
AGUJA DE NAVEGAR CULTOS (1625)
Con la receta para hacer “Soledades” en un día. Y es probada.
Con la ropería de viejo de anocheceres y amaneceres, y platería de las facciones para remendar romances desharrapados.
RECETA.
Quien quisiere ser Góngora en un día, [culto en solo un día]
la jeri –aprenderá- gonza siguiente:
fulgores, arrogar, joven, presiente,
candor, construye, métrica armonía;
poco, mucho, si, no, purpuracía,
neutralidad, conculca, erige, mente,
pulsa, ostenta, libar, adolescente,
señas traslada, pira, frustra, arpía;
cede, impide, cisuras, petulante,
palestra, liba, meta, argento, alterna,
si bien, disuelve, émulo canoro.
Use mucho de líquido y de errante,
su poco de nocturno y de caverna,
anden listos livor, adunco y poro.
Que ya toda Castilla,
con sola esta cartilla,
se abrasa de poetas babilones,
escribiendo sonetos confusiones;
y en la Mancha pastores y gañanes,
atestadas de ajos las barrigas,
hacen ya Soledades [cultedades] como migas.
EJEMPLO HERMAFRODITO: ROMANCE LATINO
Yace cláusula de perlas [cláusula= frase, cierre]
Si no rima con clavel, [rima= final de verso, montón]
dynasta de la belleza, [dynasta= príncipe]
que ya cataclismo fue,
un tugurio de pyropos, [pyropos= joya, carbunclo]
ojeriza de Zalé, [Zalé= isla de Cabo Verde]
poca porción que secuestra
corusca favila al bien: [corusca favila= resplandeciente pavesa]
pórtico donde rubrica [rubrica=sonroja]
al múrice Tyrio el ver, [múrice tirio= molusco de Tiro]
tutelar padrón del alma,
aura genitiva en él.
Y después que el aprendiz de culto se ha dado por vencido, y dicho que es la piedra filosofal, o el fénix, o la aurora, o el pelícano, o la carantamaula, es un romance a la boca de una mujer en toda su cultedad.
Esto es más fácil que pedir prestado.
Pues siendo todo lo que escriben (los cultos tales, no los finos) anocheceres y amaneceres, con irse a la ropería de los soles, se hallan auroras hechas, que les vienen como nacidas a cualquier mañanita, con sus nácares y ostros, leche y grana, y empañado el día en mantillas de oro, cunas rosadas y llorares de perlas y de aljófar.
Las flores salvas, búcaros las yerbas, que bebe el sol, que chupa, que las lame. Anocheceres, lutos de sombras y bayetas de la noche; cadáver de oro, y tumbas del ocaso en ataúd de fuego. Exequias de la luz, y despavilos; capuces turquesados, y argos de oro; mundo viudo, güérfanas estrellas; triforme diosa, carros de silencio; soñolienta deidad, émula de Febo.
En la platería de los cultos hay hechos cristales fugitivos para arroyos, y montes de cristal para las espumas, y campos de zafir para los mares, y márgenes de esmeraldas para los praditos. Para las facciones de las mujeres hay gargantas de plata bruñida, y trenzas de oro para cabellos, y labios de coral y de rubíes para jetas y hocicos, y alientos de ámbar (como pomos) para resuellos, y manos de marfil para garras, pechos de diamantes para pechos, y estrellas coruscantes para ojos, y infinito nácar para mejillas; aunque los poetas hortelanos todo esto lo hacen de verduras, atestando los labios de claveles, las mejillas de rosas y azucenas, el aliento de jazmines. Otros poetas hay charquías, que todo lo hacen de nieve y de hielo, y están nevando de día y de noche, y escriben una mujer puerto, que no se puede pasar sin trineo y sin gabán y bota: manos, frente, cuello y pecho y brazos, todo es perpetua ventisca y un Moncayo.
Con esto, y con gastar mucho Calepino [nombre del autor de un diccionario de varias lenguas muy usado entre los cultos] sin qué ni para qué, serás culto, y lo que escribieres oculto, y lo que hablares lo hablarás a bulto. Y Dios tenga en el cielo el castellano le perdone. Y Lope de Vega a los clarísimos nos tenga de su verso,
mientras por preservar nuestros pegasos del mal olor de culta jerigonza, quemamos por pastillas Garcilasos.