La abeja y la araña
Jugo de amargo tomillo
chupó la afanosa Abeja;
la Araña libó en la rosa
las dulzuras de su néctar.
Como la Araña era mala,
como la Abeja era buena,
la Araña escupió en veneno
lo que en dulzores bebiera;
la Abeja vertió en miel dulce
lo que absorbió en asperezas.