​El Tesoro de la Juventud​ (1911)
El libro de la Poesía, Tomo 17
La Vaca ciega
 de Juan Maragall

Nota: se ha conservado la ortografía original


Esta poesía de Juan Maragall es una exquisita miniatura, que deja en el espíritu del lector un sentimiento de suave compasión.


LA VACA CIEGA

T

OPANDO la cabeza con los troncos,

La inolvidable vía de la fuente
La vaca sigue a solas. Está ciega.
Temerario zagal le saltó un ojo
De una pedrada cruel; cubren el otro
Densas nubes; está ciega la vaca.
El manantial acostumbrado busca;
Mas ya no va con arrogante paso,
Ni con sus compañeras; va ella sola.
Sus hermanas, en cerros, en cañadas,
En el prado, en las márgenes del río,
Hacen sonar los esquilones mientras
Pacen la fresca hierba... ella caería.
De hocicos da con la tallada piedra
Del tosco abrevadero, y retrocede
Avergonzada; pero toma al punto,
Inclina la testuz, y bebe lenta.
Apenas tiene sed. Levanta luego
Al cielo, enorme, la enastada frente
Cón un trágico gesto; parpadea
Sobre los ojos lóbregos, y huérfana
De luz, sufriendo el sol, que arde y abrasa,
Vuelve con marcha trémula, moviendo
Lánguida y mustia la tendida cola.