La Pintura: Poema didactico en tres cantos/2

La Pintura: Poema didactico en tres cantos
de Diego Antonio Rejón de Silva
Canto Primero
ARGUMENTO DEL CANTO SEGUNDO.

Comparacion de la Poesía con la Pintura... El objeto de ésta es inspirar virtudes, lo mismo que aquella, siendo reprehensibles los que emplean estas Artes en lo contrario... Es preciso que el Pintor tenga naturalmente dispocion para componer...Observancia de todas las circunstancias y propiedades accesorias á un asunto, como el sitio, la luz, el trage, &c. cosa que no han observado muy escrupulosamente algunos Pintores... Partes de la Composicion con todas sus leyes... Exemplos para mayor ilustracion... Advertencias acerca de las ropas y pliegues... Dificultad del Arte de la Pintura y honras que han repartido algunos Soberanos á varios Profesores hábiles... Cada uno debe seguir el ramo que mas le adapte... Advertencias para los Retratos... Se deben imitar los Retratos... Se deben imitar los que hicieron Ticiano, y varios famosos Españoles... Conclusion.


CANTO SEGUNDO. La Composicion.

A Quel noble furor, Estro sagrado
Que infunde el rubio Apolo
En el entendimiento del Poeta
Para que acalorado
Prorumpa, no tan solo
En conceptos sublimes y brillantes,
Sino en frases sonoras y elegantes
Con que los interpreta;
Este mismo furor, ímpetu ardiente
Inflama y arrebata heroycamente
La alta imaginacion de los Pintores
Que á componer un quadro se preparan,

Siendo aquí los colores
(Pues oportunamente se comparan)
Lo que en la Poesía
Son las voces y frases, que han de usarse
Con eleccion, esmero, y harmonía.
No es, no, gloria pequeña
La que alcanza la plácida Pintura
Quando hermana la es lícito llamarse
De ciencia tan heroyca y alhaguëña.
* Animo noble, de virtud amante
Inventó de los versos la hermosura
Para alabar en métricas cadencias
Del valor y virtud las excelencias,
Y con tesón constante
Vituperar el vicio dominante.
El mismo objeto tiene la Pintura,
Representando al vivo
En las tablas ó lienzos preparados,
O en los parages que la Arquiteƈtura
Dispone con acuerdo reflexîvo
Para ser adornados
Del pincél laborioso,
Qual de una Galería lo espacioso,

O de una-grande Cúpula la clara
Esférica extension, yá los valientes
Hechos de algunos Héroes eminentes,
Yá una historia que muda nos declara
Epocas memorables
De la Nacion, ó yá los admirables
Milagros verdaderos,
Con cuya vista la piedad se aumenta
Que en católicos pechos se aposenta.
Y así como el que en número harmonioso,
Del metro los primores lisonjeros
A lo obsceno dedica y pemicioso,
Del Arte noble empaña la luz pura
Y le trueca en veneno la dulzura;
Del mismo modo aquel que su destreza
En indecente imagen ha exercido,
De la Pintura ofende la nobleza,
Adulando del hombre las pasiones
En vez de dade de virtud lecciones.


En vano ha pretendido
La amistad grata del Castalio Coro
El que no ha merecido

Desde la adolescencia
A las Musas poética influencia.
Por mas que en el sonoro
Instrumento las cuerdas á porfía
Su mano pulse, siempre la harmonía
Hallará en los oídos desagrado:
Así tambien aquel que no ha logrado
Apta disposicion, númen travieso,
Y de fecunda idea está privado,
Nunca en el Arte hará felíz progreso.


Elegido el asunto, Invencion
Considere el Pintor, sábio y atento
Las circunstancias con que en aquel punto
Se debe acompañar el pensamiento.
Advierta en qué país sucede el caso,
Pues del Orbe en las partes diferentes
Es diverso el caraƈter de las gentes,
Y el trage mucho mas, siendo error craso
Trocar la vestidura
Distintivo esencial de la figura.
Al vér de Dido hermosa
El amante despecho,

Que la obliga, quedando abandonada,
A traspasar con duro hierro el pecho,
¿No desconocereis á la amorosa
Heroína mirándola adornada,
Igualmente que todas las figuras
Que el pincél de Guërcino alli traslada,
Con Flamencas modernas vestiduras?
Reflexîóne el lugar, donde acabado
El quadro, se ha de vér, yá colocado,
Para que ni la luz ni la distancia
Le dexen desayrado,
no haciendo la Pintura aquel efeƈto
Que imaginó el Artista en su proyeƈto.


Riqueza y abundancia Disposicion ó colocacion.
Muestre en sus obras; pero no se advierta
Confusa multitud impertinente
Que distrayga la vista siempre incierta.
El Héroe de la accion precisamente
Debe ocupar el puesto preferente,
Y las demás figuras
Guardarán el decoro acomodado
A su sexô y edad, como á su estado,

Sin que notarse pueda disonancia
O yá en el ademan ó posituras,
O yá en la calidad, pues lo contrario
Del Pintor manifiesta la ignorancia.

Tambien es necesario Ordenacion
Reyne la variedad, de que procede
El gusto y el agrado; nunca quede
Figura semejante
A otra alguna en la accion; que aunque es forzoso
El repetirlas, qual de una batalla
En el trance espantoso;
Con variedad bastante
Estarán, si la vista alli las halla
Yá de frente ó de espalda, ó yá de lado.
Manifiesten despejo y esbelteza,
(Si no es con el asunto incompatible)
Girando la cabeza
Al opuesto del pecho, mas no es dado
Tocar en lo excesivo y alterado.
De quantas á entrar llegan
En la Composicion, es imposible
Verse todos los miembros, pues se agregan

   
En grupos una á otra, y es forzoso
Que cada qual presente
A la vista de todos claramente
* Los miembros que á la accion que alli se pinta
Conducen, con ingénio artificioso.
Dificil circunstancia
Exîge el Arte aquí, mas no distinta
De la que celebramos
En aquellas sublímes obras bellas
Que produxo la ciencia y elegancia
De Rafaël de Urbino.
Por eso á los Pintores exhôrtamos
A que sigan las huella
De aquel pincél excelso y peregrino,
Y estudien, pero no maquinalmente,
Aciertos de un Artífice eminente.
Busque las aƈtitudes mas graciosas
En todas las figuras,
Y no parezcan sus acciones duras,
Sino süaves, libres y aun ayrosas.
La contraposicion es necesaria
En los miembros á fin de que agradable
A la vista se muestre el cuerpo humano;

Si levanta una mano,
Baxará la contraria
Por ley inalterable,
Si yá no es que las dos con ánsia ardiente
Súplica expresan, ú oracion ferviente.
Seguirán movimientos encontrados
Las piernas con los brazos; no consiente
El Arte que dos miembros paralelos
Se miren, porque son poco agraciados;
Y quando se halle en los fingidos suelos
Una figura en pie, sola una planta
A plomo debe estár con la garganta.
Tambien será forzoso
Que en grupos separados
Las figuras estén, pues de esta suerte
Las vé el inteligente mas gustoso,
Y la vista pacífico divierte;
Al modo que en concierto harmonioso
Suele á veces la voz, ó un instrumento
En varias pausas suspender su acento,
Y siguiendo despues el dulce canto,
Prosigue del oído el suave encanto.
Toda Composicion rematar debe

Qual ligera pirámide, compuesta
De ímpar número siempre: error no leve
Comete aquel quec la unidad olvida
De accion, tiempo y lugar, porque dispuesta
La primera ha de estár con tal medida,
Que un solo instante sea
El suceso del quadro que se vea,
Porque tenga alabanza merecida
La Invencion, de los sábios aplaudida.
Queden aquellas partes mas hermosas
De la humana figura
Patentes á la vista, y de este modo
Se verá variedad en la pintura;
Habrá manchas mas grandes y graciosas
De apacible color, formando un todo
Yá obscuro, ó yá aclarado
Que la vista suspenda con agrado.
Rara vez un escorzo es deleytable
Y se hace intolerable
Quando está manifiesta la violencia
Con que quiso el Pintor mostrar de intento
Su estudioso manejo y mucha ciencia.
No de otro modo el Músico excelente

Quando en el dulce harmónico instrumento
Su habilidad desea hacer patente,
Si en lugar de formar grato sonido,
Solo de lo dificil dá la prueba,
Quando espera salir muy aplaudido,
Lánguida aprobacion en premio lleva.
Las espaldas, el pecho, hijár y cuello,
Y en general qualquiera coyuntura,
De la Belleza lleva siempre el sello:
En femenil imagen todo es bello;
Mas al ir á pintar esta figura
Dirigirá al pincél forzosamente
Del Christiano recato lo decente;
Y tal vez se dá aumento á la hermosura
Ocultando ligera y fina gasa
O cendal transparente
Del pecho alguna parte:
De aqueste modo el límite no pasa
De lo honesto, antes bien realza el Arte
La gracia y la belleza
Que al sexô amable dió Naturaleza.
Junte la variedad precisamente
Toda Composicion á la elegancia,
 

Al gusto y artificio;
El Pintor eminente
No incurrirá en el vicio
De mostrar con sobrada vigilancia
Partes determinadas,
Y dexar las demás siempre olvidadas.
Halle pues si es posible
La vista en la pintura
De cada edad y sexô una figura,
Con cuya variedad tan apacible
* La expresion será entonces mas sensible.
Haya en el uno y en el otro lado
Del quadro moderada simetría
Y equilibrio, mas nunca se amontone
Peso sobre otro peso, que sería
Defeƈto sumamente señalado.
Nunca en el lienzo Artífice ilustrado
Figura alguna pone
De modo que ser pueda confundida
Con la mas principal y distinguida;
Ni tampoco á ninguna dexa ociosa,
Que hasta lo inanimado
A la Composicion será apropiado.

Habilidad penosa
Es pintar del desnudo la estruƈtura;
* Pero fingir vestida una figura
Pide gusto exquisito y delicado,
Al arreglar los pliegues del vestido.
Tanto error es poner uno aclarado
En la sombra, como otro obscurecido
En el claro. Demuéstrese patente
La forma de los miembros en el trage,
Sin que los corten importunamente
Pliegues atravesados del ropage,
Que tendrían lugar mas conveniente
Donde la vestidura está cogida.
En lo arreglado de ellos
De la grandiosidad estriba el punto;
La parte media no estará oprimida
Como la extremidad, sino extendida
Quanto se pueda, y lucirán mas bellos.
Nunca de las figuras el conjunto
Presentará un partido
De pliegues que esté en otra repetido;
Pues si falta lo vario en la Pintura
Es forzoso que falte la hermosura.

No el estilo que muchos han tenido
De ceñir de tal suerte
La vestidura al cuerpo, que se advierte
Todo el desnudo, siga aquel que quiera
Dár en sus obras evidente indicio
De la Bella Manera.
Para no ser notado de este vicio
El Natural estudie diligente,
Donde hallará verdad precisamente,
Y despues imitando al grande Urbino
De la Belleza encontrará el camino.
Diversos son los pliegues que ha formado
Blanco lienzo delgado,
Y los que el patio, ó la lustrosa seda
Por la casualidad producir pueda.
Nunca dos de un tamaño,
Ni de la misma fuerza en el obscuro
Juntos estén: para evitar engaño
Serán lo mas seguro
Atender á la causa que han tenido:
Diferente partido
Se ha de vér en la Clámide Romana
De la espalda pendiente,

Que en la anchurosa túnica ceñida.
El mancebo que á un Angel represente,
A quien le sirve el ayre de peana
En su ropa tendrá suelta y lucida
Los pliegues, no tirados,
Sinó libres, del céfiro abultados.


No ha de haber en el quadro una cabeza Expresion
Cuyo gesto no explíque con viveza
La relacion que tiene con el caso
Que alli se finge; pero un mismo afeƈto
No ha de mirarse en todas, que es defeƈto:
Antes bien con estudio nada escaso
Habrá en cada semblante
Sensacion muy distinta;
Qual mostrará la angustia de un amante,
Qual estará admirado,
Qual con deseo grande, qual pasmado.
Según es el caraƈter que se pinta
En todas las figuras de una Historia,
Así debe el Pintor con gran cuidado
Representar del alma las pasiones
Graduando su saber las proporciones;

Porque nunca ha de ser contradiƈtoria
La accion y el personage.
Con distinto lenguage
Explica lo que siente en la Tragedia
El Héroe, que el Criado en la Comedia:
Y con distinto modo el ingenioso
Artífice estudioso
Pintará del dolor la vehemencia
De Alfonso Sexto al tiempo que ha sabido
La desgraciada suerte
Del tierno Sancho, y su temprana muerte,
Quando el Cielo enojado, clemencia
Parece echó en olvido
Y de España al clamor endurecido,
Al Castellano Exército tercero
En los Campos de Uclés perdió severo.
Con muy distinto modo, es evidente,
Ser debe este dolor representado.
Que el de un padre vulgar, que al inocente
Hijuelo vé morir naturalmente.
Si de Sancha el dolor desesperado
Quando vé por traydora infame espada
De su García amado

La sangre derramada,
Al tiempo que la antocha de Himenéo
Ardores aumentaba á su deseo,
Traslada al lienzo tu pincél, advierte
Que el infelíz García á quien dán muerte
Es Conde de Castilla,
Y del Rey de Leon es Sancha hermana,
Dos pechos que un desastre nunca humilla.
De diversa manera
Mostrará una Princesa Soberana
(Como persona de tan alta esfera)
De amor la aƈtiva llama,
Que el encendido rostro de una Dama.
Y en fin si de la cólera el violento
Impulso en dos ribales representa,
Nobles como esforzados,
El animado lienzo, no se ostenta
Alli la ira y arrebatamiento
Como en dos labradores ó Soldados,
Pues aunque la pasion nunca es distinta,
Del alterado rostro las facciones
Y todas las acciones
El pincél sábio pinta

De modo que descubran la nobleza
Del pecho que las siente, ó la baxeza.


Si ha de estár en un plano Perspeƈtiva
Toda la Historia que el pincél concierta,
Debe arreglar con el compás tu mano
La estatura, que en término lexano
Dá de la Perspeƈtiva regla cierta
A las figuras; porque si ha faltado
De esta Ciencia el formal conocimiento
(Asi el gran Vinci lo dexó anotado,)
*A la Pintura falta el fundamento.


No se pongan adornos importunos,
Advirtiendo tambien que si copiosa
Es su acumulacion, se hace enfadosa;
Qual suele en Poesía
Sin conceptos algunos
De voces el estéril agregado.
¡Quántas veces la inquieta fantasía
Las obras afeó por el deseo
De amontonar ornatos á pofía,
Creyendo que á la vista dá recreo!

Error será pintar accion gloriosa
Del Santo Rey Fernando
De Córdova á la vista, colocando
Una Egipcia pirámide ostentosa,
Objeto pot alli desconocido.
Error será pintar al no vencido
Rodrigo de Vivar en sala hermosa
De espejos y damascos adornada
Al estilo que ahora nos agrada.


Con asunto sagrado
Jamás profano asunto irá mezclado;
Ni en tabla que presente
Pasage relativo al Christianismo
Ficciones se pondrán del Gentilismo.
Del mismo modo la razon ordena
Que en verdadera historia no se invente
De Fábula episodio impertinente
Con pretexto de hacerla mas amena;
¿Pues á quién gustará vér confundido
Con lo reǎl y cierto lo fingido?
 

Aquestas son las leyes principales

Que el Arte á los Pintores ha diƈtado,
Y con estas señales
Su nombre muchos han eternizado.
Todo es dificultad en la Pintura:
A fuerza de trabajo y diligencia
Ha de perfeccionarse la figura;
Y de la Historia la prolixa ciencia
La mente ha de ocupar con suficiencia.
No es extraño que un Arte que exercita
A un tiempo cuerpo y alma,
(Puesto que de ambos siempre necesita)
De laurel y de palma
Coronas mil presente
Al Pintor excelente;
Y pródigos los Principes, amantes
Del Arte y sus bellezas,
Al Profesor sublime dén riquezas,
Y le colmen de honores,
Que para el noble Artista son favores
Mucho mas estimados é importantes.
Asi el Quarto Felipe, en cuyos dias
España floreciente
Artífices no pocos ostentaba,

Además de otras muchas bizarrías
Con que las Bellas Artes fomentaba,
Premió tan noblemente
De Velazquez el mérito eminente,
* Pintando su Real Mano
La roja insignia del Patron Glorioso
En el retrato del Pintor, que ufano
Con premio tan honroso,
Justa paga á sus obras admirables
Hallar pudo, aunque son inapreciables
Digno rasgo de un Rey en quien unido
Lo magnánimo estuvo á lo entendido.


De un Epico Poema la elegancia
No es á qualquiera ingenio concedida;
Y tal vez el que puede con jaƈtancia
Representar en verso harmonïoso
De un Héroe la Tragedia dolorida,
Nunca de una Comedia á lo jocoso
Se adaptará con gracia suficiente,
Ni á cantar dulcemente
Líricas Cantilenas
O pastoriles amorosas penas.

Así pues el Pintor que no tuviese
El fuego necesario
En la imaginacion, con que pudiese
Representar históricos pasages,
Quizá con gusto vario
A imitar llegará de los boscages
La agradable verdura,
Y el líquido cristal, que tortuoso
Al apacible llano dá frescura;
De un escarpado monte lo horroroso,
En cuya amena falda
Descansa fatigado
Numeroso ganado
Buscando refrigerio en su esmeralda,
En tanto que sobre ella reclinado
Pacífico el Pastor tañe la avena,
Y al eco que resuena
Se acerca yá con paso presuroso
Su Zagala querida
Del amor y la música atraída.
Otro con arte casi milagroso
A convertir se aplica
En espejo una tabla, que duplica

Qualquier semblante: (habilidad valiente
Propia de fantasía vehemente
Que hacer puede al Artista memorable, )
Y á futuras edades representa
El Héroe venerable
Que de la Patria el esplendor aumenta,
O de una esposa alivia la esperanza
De su consorte ausente en la tardanza.
El campo de un retrato,
Siendo de Personage respetable,
Exîge algun ornato;
Pero además de ser correspondiente
A la imagen pintada,
Ha de significar alguna cosa,
* No como la columna rodeada
De una cortina, adorno impertinente
Opuesto á la manera mas juiciosa.
¿Mas qué aprovechará que en tal asunto
Cortos preceptos dé la Musa mia?
Aunque mas eloqüente
De su canto aumentase la energía,
Nunca tan vivamente
Podrá enseñar, como el menor trasunto

De aquellas bellas tablas admirables
En que del gran Ticiano
La delicada mano,
De Velazquez la ardiente valentía
Con franqueza y efeƈto inimitables,
De Pantoja, y Murillo la destreza,
Claudio Coello, y otros Profesores
Con quienes se gloría
Nuestra Escuela Española
(En cuyo ramo casi brilla sola)
Mostraron á qual mas de una cabeza
Del natural copiada los primores,
Y el adorno á un retrato conveniente;
Y así son ellos hoy mudos Censores
De aquel que á la razon desobediente,
Quando retrata al vivo á un Caballero,
Coloca la figura
En campo de grandiosa Arquiteƈtura,
Propio lugar de un Rey; ó del que intenta
Darla un ayre garvoso con esmero
Afeƈtada pintándola, y violenta.
Aprenda el Retratista
En esas excelentes producciones.

La harmonía del claro, y el obscuro,
Engaño de la vista,
Pues que consiste en él, es muy seguro,
Que hagan süave efeƈto las facciones
De un rostro retratado.
El de una Dama bella
Estár debe manchado
solo de medias tintas amorosas;
Entre todos Wandich así descuella
Y Ticiano en sus lienzos estimados,
Ofreciendo sin sombras vigorosas
De mórbidos semblantes agraciados
La belleza, y las carnes mas hermosas.
Aprenda del color local la ciencia::::::
Mas ay! que de esta parte la excelencia
Requiere mucho estudio y grande gusto;
Y no menos esmero y elegancia
El hablar de sus reglas y primores,
Solo empresa de ingénios superiores.
Mas si es forzoso empeño,
Animad de mi pecho la constancia,
O Jóvenes, alumnos del Diseño;
Aliento nuevo cobre la voz mia

Para seguir la dulce melodía,
Y esperad entretanto,
Que siento enflaquecer mi débil canto.