Los criados siempre han sido,
Roberto, de una opinión.
¿Cuándo el gusto en el servicio
pareció del dueño bien?
Porque es murmurar su oficio,
y estar quejosos también
de poca lealtad indicio.
Nuestros altos pensamientos
desdicen de los intentos
que tenéis siempre vosotros,
y nunca estáis de nosotros
satisfechos ni contentos.
Somos, cuando no gastamos,
miserables; cuando hacemos
grandezas, locos estamos,
si callamos, no sabemos;
si somos graves, cansamos;
la llaneza nos estraga,
nada intentamos sin paga;
no hay cuando más les obliga
hombre que verdad nos diga
ni bien de balde nos haga;
nunca tenemos amigos,
porque son nuestros criados
necesarios enemigos.
|