La Mañana (Wilms Montt)


La Mañana



anta, alma mía; canta a la mañana!

¡Canta con los pájaros, con los árboles, las flores y las aguas! ¡Canta con el viento y la montaña, con el bosque y el llano encendido por el sol, que se te ofrece como un ánfora de oro desbordante de vida!

¡Canta, alma mía, con el grillo maravillado de luz, que mora en la corteza de los pinos y con la abeja ebria de perfume; canta con el águila solitaria en la cúspide de las rocas y con la hormiga laboriosa en las cavidades de la tierra!

¡Canta con la mariposa de alas inquietas como párpados de niño, y con el sapito verde desde su trono de nenúfares en el espejo del estanque!

¡Canta con la res fecundada y la miés madura; con los frutos rosados, que se abren como labios jóvenes; canta con el tierno corderito de la majada y la madre feliz que lo ha parido!

¡Canta, alma mía, canta con el alma gemela; con la buena alma hermana que vibra, llora, y ríe en un solo impulso contigo! ¡Canta con el candor alegre de la franca sonrisa y con la mirada clara que refleja la serenidad de su dulce sentir!

¡Canta, alma mía, y tiende tus brazos al amor que llega desalado a refugiarse en tu seno; dale abrigo, alma mía, y estimula su creciente vigor!

¡Canta con las lágrimas de dicha que tiemblan y resbalan como gotas de rocío sobre los pétalos, y con el beso que se insinúa temeroso, descorriendo los velos del corazón para dar paso a una plena aurora de amor!

¡Canta, canta, con la vida, con las pasiones de fuego, con los deleites sanos; canta con la suprema gloria de los espasmos compartidos, y con las languideces que ponen en los ojos tonos de atardecer!

¡Canta, alma mía, y comunica a las cosas pasivas tu fuego; entrégales tu esencia, crea mundos, prodiga bellezas y bondades, hasta erigir un trono a la casta verdad!

¡Canta y atraviesa los espacios con tu voz musical e impón silencio a los pájaros para que escuchen la palabra del hombre sabio y fecundo!

¡Canta, alma mía, canta y bébete de un sorbo el néctar de la mañana; canta, alma mía, mientras el cielo azul y la campiña sean para ti una bacanal con cuya belleza puedas embriagarte!

¡Canta, alma mía, canta antes que cierre la noche y aúlle el lobo salvaje en la montaña!