La Eneida en la República Argentina/Dalmacio Vélez Sarsfield y la Eneida

Nota: Se respeta la ortografía original de la época
DALMACIO VELEZ SARSFIELD
Y
LA ENEIDA


L

os que han sido testigos de la accion politica ejercida en el último tercio de su vida por el Dr Dalmacio Velez Sarsfield, como parlamentario, como estadista y como codificador Argentino, esperan encontrar en sus primeros años y en edad mas madura uno de los prohombres de la política militante. No fué ese, empero, su rol, ni el blanco de sus aspiraciones. Llevado por las necesidades de los tiempos, y al impulso de los acomecimientos, hubo de tomar parte activa desde Caseros adelante, á fin de contribuir á organizar el gobierno que realizase las aspiraciones que habian sido durante treinta años de lucha, el programa del partido nacional. Siguiendo la suerte de los que sostenian las ideas formuladas en instituciones, por Rivadavia, emigró varias veces; pero sin tomar parte ostensible en la direccion de la lucha que sostenia con su adhesion y, llegado el caso, con su consejo.

No es despues de la disolucion del Congreso solamente, y durante el tiempo en que la prudencia aconsejaba sustraerse á la persecucion, como se cree, cuando el Dr Velez se consagró á los altos estudios, que fructificaron al fin en los trabajos que deja consignados en códigos y leyes.

Debió ser uno de los estudiantes mas aventajados de su tiempo, pues en latinidad, leyes, teolojia, fué despues de adulto uno de los mas notables, acaso el mas notable teólogo y jurista de su tiempo.

Su familia recuerda, y él lo ha repetido muchas veces, que desde su llegada á Buenos Aires, el tiempo que le dejaba su creciente fama de abogado, lo consagraba á aquellos altos estudios.

La Universidad de Córdoba habia adelantado mucho, sin duda, en las ciencias legales, despues de la reconstruccion de su plan de estudios efectuada á principios del siglo por el Dean Funes; pues poco habia de haber ganado á este respecto, con los padres Franciscanos á quienes fué encomendada su direccion, tras la espulsion de los jesuitas. Era la Universidad de Charcas, creada al lado de una Audiencia, la que proveía de doctores en derecho, mas afamados. Moreno, el Secretario de la Junta Gubernativa, salia de sus aulas. El Dr Francia de estas otras.

El Dr Velez, pues, ha principiado de nuevo sus estudios, tomando por base los que le eran comunes con todos los estudiantes de nuestras universidades. Prestábanse á ello, hábitos que conservó hasta los últimos años de su existencia. Recojiase temprano, aún viviendo en contacto con la alta sociedad y la política; y el crepusculo de la mañana lo encontraba de pié, con luz, leyendo, en un salmodeo peculiar á los antiguos estudiantes, de que el espectador no alcanzaba á discernir palabras articuladas. Asi adquirió esa erudicion que á los escritores alemanes ha facilitado elementos para rehacer la historia antigua, y crear la crítica moderna. El Alvarez anotado, que sirve de norma á nuestros tribunales, es la primicia de aquel trabajo que hacia pasar el abogado causista, al rango mas elevado del jurisconsulto.

No es fácil ni á los autores mismos seguir la filiacion de sus propias ideas. Desde muy temprano cayó en sus manos Cujas ó Cujaccius, el célebre restaurador del derecho romano. Dos siglos de trabajos posteriores en el mismo campo, no han añadido gran cosa al edificio completo que el sacó de entre los escombros de la media edad; y así como Cujaccius se tenía por un jurisconsulto romano, como Ulpiano ó su continuador, y llamaba nuestro Sacratísimo Emperador á los de Roma, asi Velez se habia identificado con Cujas hasta hacerlo su propia esencia. Muchos años despues recordaba que este autor, comentando ciertos decretos imperiales, incorporados en el texto de las leyes, decia que un tercer decreto se habia perdido, conjeturando el contenido complementario de aquellos; y muy grande debió ser el regocijo del neófito Velez cuando un amigo en viaje le anunció el reciente descubrimiento del decreto cuya existencia requeria Cujas, bien así como Leverrier habia descubierto un planeta, necesario para esplicar las aberraciones de Urano.

¿Era el Cujas, para esplicar las leyes con las intrincadas cuestiones de mitolojia, costumbres, lenguaje y tradiciones de los romanos, lo que arrastro al nuevo jurisconsulto hacia el estudio de la Eneida; ó de esta escavacion, digámoslo así, que hizo en continuacion de sus estudios en el terreno latino, pasó ya preparado al estudio del maestro de la jurisprudencia? ¿Fueron ambos dos raudales, la poesia y el derecho romano, que salian de la misma fuente, el estudio de la lengua latina, los que se confundieron en su ánimo?

Diez y ocho siglos há que la Eneida está en manos de los hombres civilizados de la tierra. Nada parece que estuviese por aclararse en su texto, que no haya sido materia de controversia, al parecer ya fijada. No obstante esto, como Azara que construyó para darse cuenta de las aves y plantas que colectaba en el Paraguay, una clasificacion botánica, que acertaba á ser la de Litineo, ó se aproximaba á ella por su sistema, el Dr Velez desde un rincon de la América del Sud, sin el auxilio de las bibliotecas y manuscritos que tanto ayudan á los eruditos en Europa, se propuso este problema: dada la indole de la lengua latina, la relijion, las costumbres y las tradiciones romanas en la época de Augusto, cual es el pensamiento íntimo de Virjilio, ó para espresarnos vulgarmente, lo que ha querido decir, en tal verso, hemistiquio, frase ó simple palabra, pues esta misma espresa otra idea á veces que la que le asigna el Calepino.

Algunas entre el centenar de notas que acompañan la version, pueden dar idea del género de trabajo cmprendido y de sus dificultades.

La nota 1ª al 5° libro, dice así:

“Interea medium jam classe tenebat
Certus iter, fluctusque atros Aquilone secabat

“A ese tiempo (traduce Velez), Eneas confiado en su destino, se dirijia con sus naves á la alta mar, y con viento favorable cortaba las negras olas.”

“Cada palabra, puede decirse, de estos dos versos, añade, ha sido diversamente traducida ó interpretada. Medium, entienden algunos el alta mar, cuándo Eneas recien salia de Cartago: otros el medio del camino entre el Africa y la Sicilia, desde donde ciertamente no podian verse las llamas de la hoguera de Dido. Certus ¿es acaso que Eneas conoce el camino que debe llevar, ó debe tomarse en su acepcion moral, es decir, confiado en la promesa de los Dioses? Aquilone ¿es el viento del Norte contrario para salir de Cartago, ó el viento en general? Atros, ¿debe traducirse secabat fluctus, atros Aquilone, ó bien, secabat Aquilone, fluctus atros?

Hé aquí las versiones que han hecho de estos dos versos los mas célebres traductores de la Eneida:


VELASCO

“En tanto que en Cartago aquesto pasa
“Eneas dilijente con su flota,
“Por medio del mar á toda prisa corre,
“Partiendo con hervor å remo y vela
“Las hondas olas, con el viento negras.”

ANNIBAL CARO

“Intanto Enea, spinto dal vento in alto
“Veleggiaba á dilungo.”

BONDI

“Enea trattanto, in suo camin deciso
“Con la flotta avanzando il mar solcaba.
“Fosco da l'Aquilone.”

BARTHÉLEMY

“Cependant le héros qu'un ferme espoir anime
“Fendait sous l'aquilon, les flots noirs de l'abîme.”

VILLENEUVE

“Cependant, plein de confiance dans rordre des Dieux,
Enée dirige vers la hante mer sa flotte qui fend les
vagues noircies par les Aquilons.”

DRYDEN

“Meantime the troyan cuts, his warry way,
Fix'd on his voyage, through the curling sea.”

DAVIDSON

“Meanwhile Eneas inalterably resolved, had reached
“the open sea, and was cutting the blak billows be
“fore the wind.”


Y en la nota 10:

... hoc Ilium et hœc loca Troyam
Esse jubet...


“Ordena que este pueblo sea otra llion, y que todos
estos lugares recuerden á Troya.”

(Velez).
“Para mí es dudoso, dice, el pensamiento que encierran estas palabras del texto. Me parece que Eneas no manda que el nuevo pueblo se llame Ilion, pues que se va á llamar Acesta. Ni la historia recuerda ninguna ciudad en Sicilia que se hubiese llamado Ilion. Me parece tambien que hæc loca no se refiere precisamente á los sitios que se habian de edificar, sinó que son todos los lugares que comprenda el nuevo pueblo. Esta idea la confirma Dionisio de Halicarnaso que menciona dos ríos en Sicilia, cerca de la ciudad de Segesta, ántes Egesta, y primero Acesta, llamados Xanto el uno, y el otro Simois. He juzgado por esto, que solo debia suplirse el verbo recordar. Las traducciones que he consultado varian casi todas.”
Barthelémy traduce:

“Assigne á tous les lieux des noms chéris á son âme:
“L'un s'appelle Ilion, l'autre sera Pergame.”

VILLENEUVE
“Le héros veut que ce soit autre llion, une seconde Troye.”
DRYDEN
“This part is nam'd from Ilium, that from Troy.”
DAVIDSON

“There he orders á second Ilium to arise, and this
place to be called after those of Troy.”

CARO

“... é parte Troia,
“E parte Ilio ne chiama.”

BONDI

“... é fissa il loco
“D'Ilio é di Troia.”

VELÁZCO

“Manda que sea esta ciudad retrato
Del pasado Ilium, y que renueve
La clara Troya y todos sus lugares.”


Con estas muestras y las otras notas, el novisimo traductor de la Eneida, así como en el derecho se coloca entre Cujas y sus discípulos, asi voltejea su espiritu sobre la mas adelantada espresion del espíritu humano, y llama á juicio á las naciones. Ventaja inapreciable, notada ya por estraños, de la educacion políglota de los americanos del Sur, sin preferencias patrias que tanto estrago hacen en Europa, atribuyéndose cada nacion la gloria de un paso mas dado en el camino de los progresos humanos, con detrimento de la verdad. Velez, como se vé, se sentia en América preparado para entrar en lisa con sus predecesores en la arqueolojía, diremos así, y en la contextura no ya de la lengua latina sinó de la mente de sus escritores, no obstante las lecturas corrientes y acreditadas.

El manuscrito orijinal de los primeros cantos de la Eneida con las notas, lo mandó á su familia desde Montevideo, allá por el año de 1843. Esto acusa mas de veinte años, ya despues de terminada la obra. El testo es de dos amanuenses distintos; y aún así en limpio trae sustituciones posteriores de su letra, y algun trozo pegado sobre la anterior version. Las notas al fin de cada canto, son de su letra, escepto en uno.

Mas tarde ha tenido copias en que el testo está ya irrevocablemente fijado. En libro separado existe el borrador de los tres últimos cantos, como en via de estudio, pues hay al canto otra version, ó variantes del texto del cuerpo del escrito. Conócese que no ha puesto despues mano á esta parte de la obra, que consideraba indigna de Virjilio, y, como si fatigado del primer esfuerzo, el mismo la hubiera desdeñado. Este es el juicio universal; pero en Velez tomaba el colorido que su alta apreciacion de los primeros cantos reflejaba sobre esta parte oscura. Consideraba los tres primeros cantos como grabados en acero, sin que hubiese una palabra que no fuese necesaria espresion de un pensamiento.

Antes de abandonar el plácido terreno de las letras, y antes que principien para él las borrascas de la vida que hemos llevado treinta años, debemos añadir lo que creemos necesario para completar el hombre al salir de la juventud. Su estudio y frugalidad le dieron luego afluencia que llegó á ser, con la adquisicion de estancias que pobló esmeradamente, una fortuna. Hasta sus últimos años ha sido el favorito de las jóvenes, por la amenidad jovial de su trato, y por la sal ática con que sazonaba sus dichos, célebres aún en el foro, y en la tribuna. Sus ideas se reconcentraron en los ramos especiales á que consagró su estudio; y entre las perplejidades, contradicciones, y nuevos aspectos y mas ancho campo que han venido abriendo al saber humano y á la crítica histórica las ciencias de observacion, pudiera decirse que su espíritu habia echado el ancla en cierta época de la vida, mirando desde ahí con indiferencia el movimiento moderno. Geolojía, óptica celeste, mas bien que astronomía, antigüedad del hombre sobre la tierra, todas estas grandes novedades que tanto preocupan á los espiritus jóvenes ó inquietos, ó curiosos, lo encontraban, sinó incrédulo, indiferente. Hasta su última enfermedad leia horas enteras, ya sin aplicacion á fin determinado, y simplemente para absorber tiempo. Estas lecturas erant sobre lejislacion, ó economia politica, variadas á veces por libros nuevos sobre derecho de gentes ú otras graves cuestiones.

Murió sin haber leido una sola novela en toda su vida; y se lamentaba á veces de no entender el libreto de las óperas, por no estar en antecedentes del drama que habia servido de tema. Esta que se antoja una orijinalidad, en quien en tanto tenia el poema épico de Virjilio, que pareciera abrir el ánimo á los goces de la imajinacion, era, sin embargo, efecto de la antigua educacion monástica de nuestras Universidades. El sentimiento de lo bello no solo no era cultivado por ningun estudio, sinó que quedaba atrofiado el que nos viene de la naturaleza. Las bellas artes, las formas, la imajinacion, no tuvieron un altar en aquellos claustros de murallas lisas y sombrias, en que se murmuraba latin, ó se repetian autores de derecho ó de teolojia. El estudiante americano se creó lejos del espectáculo que tiene el europeo, aún los que al sacerdocio se consagran, de las estátuas, los cuadros, los jardines públicos, la poesía, la música y los monumentos. Su alma imbibe por los poros todas estas emanaciones artisticas que le vienen del medio ambiente, y aún las novelas que apasionan á su aparicion al público, van á solicitarlo á las clases y darle goces intelectuales, sin distraerlo de los estudios sérios. Todo esto hacia falta al Dr Velez, bien que no lo necesitase para Códigos y Bancos[1].

  1. Bosquejo de la Biografia del doctor Dalmacio Velez Sarsfield. — Buenos Aires, 1875.