Laín Calvo (Retrato)
LAIN CALVO.
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Ménos discordes los historiadores antiguos sobre el origen de Lain Calvo que lo están sobre el de Nuño Nuñez Rasura, los mas convienen en que fue hijo de D. Gumesindo, Señor de Castro Xeriz, y gran soldado: en efecto, así resulta de los documentos mas auténticos que se han podido adquirir, y por ellos se infiere que nació ó en dicho pueblo de Castro Xeriz, ó en uno de los Búrgos, de que después se formó la Ciudad de este nombre, llamado el Morco, hacia el año de 798, baxo la soberanía del Conde D. Diego Rodriguez, deudo suyo muy cercano. Educado conforme al espíritu guerrero de su padre, y á su lado, consta por una escritura de donación que este hizo, de dos cálices y unas tierras, al Abad del Monasterio de San Martin de Flavio en el año de 816, que en el anterior, esto es á los diez y ocho de su edad, se habia hallado Lain en una batalla dada á los Moros cerca de la Villa de Pampliega, en la que habia ostentado su valor é intrepidez; pues el padre, en dicho instrumento, manifiesta su gratitud al cielo por haber libertado al hijo del grave riesgo en que se habia metido. Á este, que pudo ser el primer rasgo de la inclinación de Lain á las armas, sucedieron otros que le acreditaron en la milicia castellana, y los justifica otra donación que, junto con su padre, hizo en el ano de 822 al Monasterio de S. Vicente de Fistoles, de ciertas porciones de trigo, vino, legumbres, cera y leña, como en recompensa de las muchas oraciones y sacrificios de aquella Comunidad por su buen éxito en los encuentros con los Moros, que los supone peligrosos y freqüentes. Desde este tiempo hasta el ano de 843, en que fue elegido para la suprema judicatura de Castilla, no se sabe cosa memorable de este varón ilustre que esté legítimamente comprobada, excepto su matrimonio con Doña Teresa Nuñez, hija segunda de Nuño Nuñez Rasura, su primo, como biznietos ambos del Duque de Cantabria D. Fruela.
Nombrado Juez en los términos que se refiere en el sumario de la vida de su compañero Nuño, y encargado de los negocios militares por el motivo que allí se insinua, trabajó incesantemente en la defensa de su patria, y en dar mayor extensión á sus límites. Se halló en la famosa batalla de Clavijo al lado de su Conde Soberano y Rey de Asturias D. Ramiro, en el año segundo de su judicatura; y en los de 851 y 53 en dos fuertes incursiones que hicieron los Moros, en los campos de Lara la primera y la otra en los de Castro Xeriz, en cuyas jornadas escarmentó de tal suerte á los enemigos, que despues de haberles derrotado, les hizo abandonar veinte y cinco poblaciones que agregó al Condado de Castilla.
No solo fue grande Lain Calvo en la milicia, lo fue también en el gobierno político: muchas veces se le vió dictar leyes en los Búrgos con su compañero Nuño, y muchas en la Villa de Fuente-Zapata, llamada desde entónces Vi-jueces. En ambos parages consta que daban audiencia juntos, y administraban justicia Nuño y Lain, y en ambos se conservan en el día monumentos que lo acreditan, aunque no exentos de alguna crítica; en Vi-jueces el tribunal mismo, que es una especie de pórtico de piedra, y en Búrgos, en el archivo de la Ciudad, la silla en que se sentaban para sentenciar quando tenían su residencia en los Búrgos, que no es de piedra, como suponen con equivocación Sandoval y otros historiadores, sino de madera de nogal, muy fuerte, y groseramente trabajada. Reunidos los Burgaleses hicieron igual aprecio de Lain Calvo que de Nuño Rasura, erigiendo á su memoria otras dos efigies á par de las de su compañero, con una inscripción que publica quanto debieron á su valor y á sus armas: dice así:
- Laino Calvo fortiss. civi
- Gladio Galeeque civitatis
Se cree que murió Lain Calvo en el año de 870, porque en fin de 869 vivia aun, según otra escritura de donación á favor del referido Monasterio de S. Martin de Flavio, y después no se encuentra testimonio alguno de su existencia. Si la memoria de su compañero debe ser recomendable por haber sido progenitor de los últimos Condes de Castilla, no lo debe ser menos la de Lain, porque lo fue del inmortal Cid Campeador Rodrigo Díaz de Vivar. Su retrato, así como el de Nuño, se ha sacado del que se conserva pintado al fresco en la sala de la torre antigua de Santa María de la Ciudad de Búrgos, y no tiene mas autenticidad que aquel.