LA AGONÍA DEL HÉROE
Al fin de la batalla, y expirante
Sobre el caballo muerto,
Lo encontré en la ribera,
Rota la espada que empuñó triunfante,
Tinta en sangre a sus pies nuestra bandera.
La cabeza en mi pecho reclinada,
Un último destello
Del alma iluminó su rostro bello:
Trémulo el labio, turbia la mirada,
Dijo al asirse, ahogándose, a mi cuello:
"¡Ingratitud!... Mentía...
Que la perdono di.... ¡Ya nunca mía!"
1874