Juventud de Musset
A D. Manuel Cano y Cueto.
I Mimí Pinsón, la griseta seductora, arrulla, dulce y coqueta, con su risa trinadora, la juventud del poeta. Junto a su amada, el cantor da al olvido toda amargura y dolor, al pie de rosal florido donde mora un ruiseñor. Y ella, con vivos fulgores en los ojos, al vate de sus amores ofrece sus labios rojos y una corona de flores. Y a la luz de astros radiantes y entre notas argentinas del ave, estallan triunfantes las rotas frases divinas y el beso de los amantes. II En tarde resplandeciente y aromada, reclina el genio la frente sobre el cabello esplendente de su gentil adorada; cuando, envuelto en áurea bruma, cruza el cielo cisne blanco, cual la espuma, que, herido, pierde en su vuelo, una ensangrentada pluma. Con rápida sacudida se alza el vate, y ase, el alma conmovida, la pluma, en sangre teñida cual lanza tras del combate. Y arranca de ella el tesoro de sus más tristes canciones, bajo cuyas alas de oro se anegan en dulce lloro los dolientes corazones.