Justicia de Dios y desengaños de España
Preliminares
editarAsí como cuando la guerra de África incluimos en el «Cuadro» que sobre este asunto escribimos con el título de «Deudas pagadas», las canciones que componía el verdadero soldado español, que es el campesino, incluimos aquí este romance, compuesto e impreso por un soldado natural de Almonte, cuya Patrona es la reputada Virgen del Rocío. Ensancha el alma notar el entusiasmo y simpatía con que el pueblo sencillo acoge y lee estos versos, que serían burlados en una Academia; pero cuyo espíritu es el genuino del pueblo, que aún no está corrompido por los perversos o necios enemigos del catolicismo.
Primera parte
editarSalve en verso, compuesta por un soldado andaluz en las provincias del norte a Nuestra Señora del Rocío TE HANLA UN HOMBRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, DONDE ESTA LA JUSTICIA DE DIOS EN TODO ESTO? TE PREGUNTO : DIOS TUVO PRINCIPIO? QUIEN CREO A DIOS? QUIEN CONCIBIO A DIOS? DE QUE ESTIRPE NACIO DIOS ) SI NO TIENES RESPUESTAS A ESTOS INTERROGANTES, NO OFENDAS MAS A DIOS QUE EL MISMO DICE EN LA BIBLIA QUE NADIE ES ANTES QUE EL QUE EL HA SIDO SIEMPRE Y POR CONSIGUIENTE NO PUEDE TENER MADRE. MARIA LA MADRE DE JESUS ES QUIEN LE DA LA NATURALEZA HUMANA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISATO, PARA QUE PUDIERA PADECER COMO HOMBREPOR ESTO DIOS PUSO DE SU SIMIENTE EN LA CARNE, COMO DICE EL APOSTOL JUAN " EL VERBO SE HIZO CARNE... SE REBAJO DIOS A CONDICION SEMEJANTE A HUMANA. LA GLORIA DE DIOS JAMAS PUEDE ESTAR CONTENIDA EN LA CARNE. HASTA CUANDO SE SEGUIRA MANTENIENDO EN LA OSCURIDAD DEL CONOCIMIENTO DE DIOS A LA HUMANIDAD) POR FAVOR ESCUCHN LO QUE DIOS DICE: NO SAIS COMO LOS ESRIBAS Y FARICEOS QUE NO ENTRAN AL REINO DE LOS CILOS NI DEJAN QUE OTROS ENTREN.
Dios te salve, bella aurora, placer de los afligidos, Madre de Dios verdadera, Sacra Virgen del Rocío; Dios, te salve, estrella clara, luminante luz del día, a quien le debo las gracias, pues me ha salvado la vida. Eres patrona de Almonte, paloma y cándida flor, siempre te tengo en memoria el día que entro en acción; en el triste campamento, entre la nieve y el frío, ¡cuántas veces te he llamado Virgen Santa del Rocío! Vuelve a nosotros tus ojos, viéndonos tan fatigados frente de San Pedro Avanto, Portugalete y Bilbao, al silbido de las balas y al ver tantos heridos, dije, sacarme con bien, Madre mía del Rocío. Uno, por Dios, pide agua y llevarme al hospital, y otros dicen: compañeros, acabarme de matar. Revolcándose en su sangre decían los pobrecitos, dónde está mi padre y madre, y también mis hermanitos. Al cabo de algunos días, al fin, ganamos la plaza, que en la Reina de los cielos teníamos la esperanza; una salve te recé en la acción de Somorrostro; de lágrimas era un valle lo que había entre nosotros. Era el combate tan grande que se formó una mañana, que imploramos el auxilio a la Virgen soberana. Tal disparo de metralla hizo nuestra artillería, que ganamos la batalla con la ayuda de María. Eres la esperanza nuestra del ejército español, y por eso en las batallas le ayuda Nuestro Señor. En la Seo de Urgel, viéndonos tan abatidos, a ti todos suspiramos, Virgen Santa del Rocío. Los carlistas levantaron bandera de parlamento, les dijo Martínez Campos: Entregaros vivos o muertos, pero al fin os entregaréis en cuanto el agua os corte, porque traigo en mi defensa a la Patrona de Almonte. Tomamos la ciudadela y el castillo en aquel día; al momento dimos gracias a nuestra Madre María. He entrado en catorce acciones con vuestra estampa en mi pecho; las balas y proyectiles no le han tocado a mi cuerpo. Eres abogada nuestra, dulcísima medianera, te suplico se concluya esta guerra carnicera; por las gotitas de sangre que derramó Jesucristo, y también por tanta madre que llora por sus hijitos; nunca olvides, Madre mía, al pobrecito soldado, que bastantes fatiguitas y trabajo hemos pasado. Cúbrenos con vuestro manto, María, llena de gracia, que yo y mis compañeritos volvamos a nuestras casas. Ruego por el simpecado de la Hermandad de la Palma, que no muera yo sin ver a mi madre de mi alma. Y por aquel simpecado de la Hermandad de Triana, que vea a mi padre y madre, a mis hermanos y hermanas; tina misita te ofrezco y dos velas encendidas. Soy bautizado en Almonte, es mi nombre Manuel Díaz. ¡Oh, Madre piadosa, Virgen del Rocío, mándanos las lluvias que estamos perdidos!
Segunda parte
editarEspañoles, abrir los ojos, vivir con mucho cuidado, al cabo de siete años, ¡cuánto, cuánto hemos pasado! La guerra nunca se acaba, el hambre y la carestía, desgracias y mortandades aumentando cada día. La flor de la juventud toda se la están llevando padres, madres y hermanitos cuántos tenemos llorando. Causa lástima y dolor anta plaza ametrallada. Los comerciantes perdidos, los artes paralizados, los pobres trabajadores cayéndose desmayados. Castigando está a España el alto Dios soberano, pues andamos peleando primos, parientes y hermanos. No creer en Dios, ni conocer los castigos, el lector perdonará si le ofendo en lo que digo. Tres años de sequedades llevamos a la presente, y si no continúa el agua, padecerá mucha gente. Tanto lujo y vanidad, toros, comedias, funciones, Dios quiera no llegue el día que no tengamos camisa; las cosechas son escasas, muchas las calamidades. Dios nos mire con piedad si siguen las sequedades. La Divina Majestad se encuentra muy ofendido, y es la causa que se ve el mundo muy pervertido. Tenemos las criaturas hoy un hablar tan grosero, siempre tenemos a Dios rodando por ese suelo. Si tenemos un disgusto o alguna desesperación, lo primero que ultrajamos el santo nombre de Dios. Un hablar tan deshonesto tenemos en este siglo, hombres, mujeres y niños, que da vergüenza el oírlo. Si un hombre ofende a un niño, aunque pueda ser su abuelo, la Divina Majestad rodando por esos suelos. Ya no se usa oír misa, ni confesar, ni casarse; lo que se usa es el lujo para salir a pasearse. Hijos del tiempo enviciados, sin rienda ni sujeción, sin obediencia a los padres, sin tener amor a Dios. Los niños se están criando que algunos pueden casarse sin saberse la doctrina ni tampoco persignarse. Poca educación dará el que no tenga ninguna, así creerá que Dios es el sol o es la luna. Algunos hombres no creen de que hay Dios en el cielo; entonces, ¿a qué lo ultrajan para que ruede en el suelo? No debía de ser cristiano aquel que no cree en Dios, ni tener el santo Bautismo porque no es merecedor. Mira al moro siendo infiel, cuál entra con atención descalzo por su mezquita y adora a su zancarrón. El cristiano es al contrario, te digo, lector amigo, por eso Nuestro Señor nos manda tantos castigos. Con que, amigos, a la enmienda, fe, esperanza y caridad, y se acabará la guerra, el hambre y la sequedad.