Invocando a la Virgen

Invocando a la Virgen por la salud de la reina doña Cristina de Nápoles
de Juan Nicasio Gallego


 Dulce consuelo del linaje humano,   
 madre excelsa de Dios, sacra Lucina,   
 humillado a tus pies la frente inclina   
 con ardiente fervor el pueblo hispano.   
 

 Si nunca vierte lágrima sen vano  
 el que se acoge a tu bondad divina,   
 vuelve, Señora, al lecho de Cristina   
 los bellos ojos, la piadosa mano.   
 

 Muévate de Fernando la agonía,   
 que en zozobra cruel pregunta, espera,  
 teme, se afana, alienta, desconfía.   
 

 De su penar los plazos acelera,   
 y antes que su fulgor esconda el día   
 agita el viento la feliz bandera.