Instancia
Ha tiempo que he soñado, Duquesa, ser la Hebe
que en tu jicara ríe si a tu beso se entrega.
Yo no estoy en el Sèvres en que tu boca bebe,
pues no soy más que un vate que ni aun a abate llega.
Rubia que a quien te peina, tu divino oro mueve
a obras de orfebrería, puesto que éste no alega
méritos y consigue que tu mirada leve
desdeñe los bombones y el gozquejo que juega,
nómbrame del rebaño de tus almibaradas
sonrisas, que cual blancas ovejas amansadas
pacen en corazones y balan indecisas.
Nómbrame... que Boucher me pintará en un rosa
abanico, arrullándolas con mi flauta amorosa.
Nómbrame a mí. Duquesa, pastor de tus sonrisas.