Informe resumen sobre las violaciones a los derechos humanos durante los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo; junio 2001. Parte II


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Capitulo II editar

CONTROL POLITICO Y CAMPOS DE CONCENTRACION editar

Control Político.

Organismo estatal para la detención y tortura de opositores políticos. Funcionaba con filiales en todo el interior de la República. Por sus celdas pasaron militantes falangistas, militares, sindicalistas, jóvenes estudiantes, hasta personas inocentes encarceladas por intereses particulares de los represores.

Dos importantes sedes de Control Político se encontraban, además de todas las capitales de departamento, una en la ciudad de La Paz, ubicada en la calle Potosí, esquina Socabaya, frente al Palacio de justicia; otra se hallaba en la ciudad de Santa Cruz y era conocida con el nombre de “Ñanderoga”, situada en la Plaza 24 de septiembre.

Durante estos doce años de tiranía, Control Político cambió de nombres; pero, conservando el mismo propósito represivo para el que fue creado: Control Político, Departamento de Coordinación, Departamento de Informaciones y Seguridad del Estado, etc.

Como ejemplo, consignamos algunos de ellos, con los decretos supremos con que fueron instaurados:

Departamento de Control y Seguridad Pública: dependiente del Ministerio de Gobierno. Creado por Decreto Supremo del Presidente Víctor Paz Estenssoro, en fecha 4 de enero de 1954.

Dirección General de Informaciones y Seguridad del Estado: Dependiente del Ministerio de Gobierno. Creado por Decreto Supremo del Presidente Hernán Siles Zuazo, en fecha 24 de Febrero de 1959.

Sección Segunda: Dependiente de la Dirección General de Policías. Creado por Decreto Supremo del Presidente Víctor Paz Estenssoro, en fecha 8 de septiembre de 1960.

Autores de represión y torturas.

Claudio San Román: Jefe Nacional de Control Político.

Mario Zuleta: Jefe de Control Político en La Paz.

Raúl Gómez Jáuregui: Preso común.

Marcel Tonnelier: de nacionalidad francesa, que se encontraba preso en el panóptico de San Pedro por asesinato, fue encargado de las torturas como experto en latigazos.

Jorge Rojas Pereyra: Teniente de Policías, Jefe de Ñanderoga en Santa Cruz.

Adhemar Menacho: Jefe de Control Político en Sucre y Cochabamba.

Algunos métodos de tortura utilizados.

-Flagelación en todo el cuerpo con latigazos de alambre flexible; cintas de motor de camión; azotes con cadenas en manos, pies y cuerpo.

-Golpes en el cuerpo con diversos objetos, como palos, culata de fusil o revólver.

-Aplicación de cigarrillos encendidos en diferentes partes del cuerpo.

-Hacer trotar al prisionero alrededor del patio carcelario, despertado en altas horas de la noche, azotado con correa de motor, culatazos, palos, puntapiés, etc., resultando en rotura de costillas, huesos y articulaciones.

-Víctima desnudada, colocada boca abajo en el piso y azotada hasta dejarla exánime.

-Golpiza a la víctima entre varios esbirros.

-Introducción en el ano de varas cilíndricas de madera, a golpes de martillo.

-Castigo a los testículos con aparatos especiales de tortura o con la mano.

-Golpes con “laque” en las manos hasta reventarlas.

-Hacer pernoctar al torturado de pie en la piscina con agua hasta los tobillos.

-“Cuartito azul”, que consistía en una caseta preparada para que sólo pudiera entrar el detenido, quien pernoctaba de pie, mirando al exterior por medio de un orificio practicado en la puerta de la caseta, a la altura de los ojos.

-Hacer limpiar al detenido los baños a golpes.

-Obligar al prisionero a limpiar el patio y los lavaderos de Control Político, donde se encontraba la sangre cuajada de otros camaradas torturados.

-Privación de sueño, agua y alimentos durante varios días.

-Ocupación del baño a horas irregulares.

-Robo al detenido de viandas, ropa y frazadas.

En fecha 4 de noviembre de 1964, los centros de Control Político fueron tomados y cerrados por una insurrección popular que derrocó al régimen movimientista. Control Político de La Paz, fue tomado por revolucionarios fabriles y universitarios, que liberaron a los presos. En Santa Cruz, el local de Ñanderoga cayó bajo la acción revolucionaria de las entidades cívicas y estudiantiles.

Los campos de concentración.

Eran anteriormente a la llegada del MNR al poder, en su mayoría, recintos cuartelarios, más tarde destinados para enclaustrar a prisioneros políticos, opositores al gobierno movimientista. Muchos fueron confinados más de dos veces.

Los campos de concentración se encontraban en: Corocoro, Uncía, Catavi, Curahuara de Carangas y Siglo XX.

En estos campos de concentración se torturaba, sometían a trabajos esclavizantes, y llegaron a matar a quienes trataron de huir. También hicieron desaparecer a prisioneros, cuyo destino es desconocido hasta el día de hoy.

Estos campos de tortura fueron los primeros que se instauraron en Latinoamérica, oficializados por Decreto Supremo 1619, de fecha 28 de enero de 1954, por el Presidente Víctor Paz Estenssoro. Aunque antes de esta fecha, ya funcionaba el campo de concentración de Corocoro, desde junio de 1953. Una parte del texto del mencionado decreto, rezaba:

Artículo 1° “Para la reclusión de los procesados sujetos a la jurisdicción castrense, se establece, con carácter eventual y mientras se construya una penitenciaría militar, los siguientes penales”:

“N° 1. En el cuartel de Corocoro, del Departamento de La Paz”. “N° 2. En el cuartel de Uncía del Departamento de Potosí”. “N° 3. En el cuartel de Catavi del Departamento de Potosí”.

Los demás campos de concentración, como los de Uncía, Catavi, Siglo XX, y Curahuara de Carangas, fueron instalados porque los prisioneros ya sumaban a miles; por lo cual el campo de Corocoro resultaba insuficiente. Este decreto declaraba que los campos eran entregados en manos de los sindicatos mineros. A pedido de Juan Lechín Oquendo, los mineros fueron retirados, quedando a cargo de la guardia de carabineros.

Las poblaciones donde se instalaron estos campos de concentración, eran amedrentadas por las milicias movimientistas. Estos campos fueron cerrados por el gobierno, debido a una amnistía decretada en junio de 1956, para aparentar una reapertura democrática.

Cuando el gobierno de Hernán Siles Zuazo se disponía a reabrir estos campos, enviando un lote de 47 prisioneros falangistas, en septiembre del mismo año, como se relatará más adelante; el avión que transportaba a los detenidos, desde Santa Cruz, es secuestrado por los mismos, en una espectacular fuga, que desvía el avión a Salta, Argentina; desde donde ellos denuncian al mundo sobre la existencia de campos de concentración en Bolivia. El Presidente Siles Zuazo se ve obligado a desistir de su reapertura, debido a la fuerte crítica internacional.

Mencionar dos campos de concentración nos dará el ejemplo de lo que ahí se vivía:

Corocoro.

Ex guarnición del ejército ubicada al sur del departamento de La Paz; fue el primer campo de concentración de la tiranía. Este recibió sus primeros 300 prisioneros, provenientes del panóptico de San Pedro, en junio de 1953.

Entre algunas de las vejaciones podemos citar las siguientes:

Incomunicación completa del exterior. La fecha en que se abrió este campo, los prisioneros estuvieron encerrados en cuadras toda la noche. Sólo se permitía a los presos realizar las necesidades orgánicas una vez en el día, llevados en parejas, a la intemperie, bajo la vigilancia de guardias.

Pocas veces se permitía la recepción de encomiendas, las cuales eran requisadas y confiscadas. Deficiente alimentación, generalmente podrida. Días sin comer.

Milicianos disfrazados de mineros lanzaban cartuchos de dinamita al patio del recinto gritando insultos y amenazas.

Sometidos a trabajos de esclavitud, recogiendo leña sobre las espaldas a distancias de 6 a 10 kilómetros, a latigazos; con frecuencia, después de estar días sin comer. Esta leña era utilizada por los jefes de los sindicatos o se la vendía al pueblo. Otros grupos eran destinados a trabajos de construcción, limpieza de carreteras y obras municipales.

Vestimenta andrajosa y, en muchos casos, sin zapatos, debido al desgaste.

Curahuara.

Ubicado en la región de Carangas, en el departamento de Oruro.

Ex cuartel del Regimiento “Andino”, tenía capacidad para 300 hombres, con cuadras reducidas, donde se hacinaban a los prisioneros, que sobrepasaban esta cantidad.

Este campo de concentración se abrió por orden de Paz Estenssoro y a sugerencia de José Fellman Velarde, para recibir prisioneros provenientes de los campos de concentración de Catavi y Uncía en enero de 1954.

Los transportaron en tren, cuyas bodegas tenían las ventanas y puertas clausuradas. Así permanecieron los detenidos, tres días sin agua ni alimentos.

En mayo de 1954 se aumentan 200 prisioneros. El 17 de junio del mismo año, llegan 17 detenidos más.

Entre los gobernadores de este campo se encontraban: Alberto Blomfield, con quien se inaugura; René Gallardo Sempértegui, en octubre de 1954. El capitán Rafael Gurruchaga, que lo dirigió desde enero de 1955, dio un trato humanitario a los prisioneros; pero una fuga de falangistas causó que Víctor Paz lo hiciera detener, siendo llevado a La Paz.

El gobernador Alberto Blomfield hacía formar a los prisioneros en medio de golpizas propinadas por los guardias. Todos eran tratados en condiciones infrahumanas, hambre y consunción. Se torturaba con golpes de laque, patadas y culatazos. A cualquier hora de la noche se pasaba lista a los prisioneros y se les torturaba con cualquier pretexto. Sin atención médica, las víctimas se atendían entre sí. Frío altiplánico congelante en la noche. Blomfield instruía que las pertenencias de los prisioneros fueran robadas. Los prisioneros que llegaban eran saqueados por milicianos de las minas y quedaban sin frazadas ni enseres. Una fuga frustrada de quince falangistas hizo que estuviesen ocho días bajo tormentos, resultando en víctimas con fracturas, estado comatoso y el cuerpo amoratado.

René Gallardo Sempértegui hizo que fueran sobrecargados los trabajos forzados, ejercicios extenuantes, flagelación nocturna, despertados a medianoche y desnudados, se los volcaba sobre la hoja de una puerta y recibían azotes con correa de ventilador, arrancando pedazos de carne, hasta dejarlos exánimes.

Se fomentaba el espionaje entre los mismos presos, bajo promesa de pronta libertad; llegando a constituir comandos del MNR con los mismos detenidos, a quienes se presionaba para que torturen a sus propios camaradas de infortunio.



Capitulo III editar

ALGUNOS CASOS SOBRESALIENTES DE LA PERSECUCION editar

Gran redada del 15 de abril de 1955.

Se desató en todo el territorio nacional una ola de detenciones de falangistas, ex militantes de la célula nacionalista del MNR, militares, policías, sindicalistas, acusados de conspirar contra el régimen, con un resultado de más de 6.000 detenidos.

Lugares de detención: Escuela de Policías, Control Político, Panóptico de San Pedro, sótanos de Palacio de Gobierno, casa de Claudio San Román.

30 días de interrogatorios, torturas y privación de alimentos.

Luego, los prisioneros fueron divididos en tres grupos: los que permanecían en la cárcel de San Pedro, los enviados a Curahuara de Carangas y los que iban a Corocoro. Estos dos últimos grupos estuvieron en los campos de concentración hasta 1956; en que se los liberó con motivo de la amnistía decretada por el gobierno para las elecciones nacionales. También Control Político estuvo en receso en este tiempo.

La primera “Marcha del hambre” de 1956, en el mundo.

Durante la presidencia de Hernán Siles Zuazo, se llevó a cabo, en la ciudad de La Paz, el 22 de septiembre de 1956, la primera “Marcha del hambre” realizada en el mundo, por parte de las amas de casa, en protesta por la falta de alimentos, la carestía de la vida y el fracaso económico de la llamada “Revolución Nacional”. Se trataba de una marcha pacífica, impresionante por su masiva concurrencia; donde las mujeres, en completo silencio, recorrieron las calles portando canastas vacías, como símbolo de la falta de aprovisionamiento de la canasta familiar.

Los grupos paramilitares de “milicianos” atacaron con disparos y golpes la pacífica marcha. Como consecuencia, fueron apresadas más de mil personas en todo el interior del país. Las embajadas estaban atestadas de asilados que pidieron protección.

En esta oportunidad, Hernán Siles instruye la reapertura de los campos de concentración; pero un hecho inesperado, sucedido días después, no se lo permitió, como se resume a continuación.

El primer secuestro aéreo en la historia del mundo. Al día siguiente de la “Marcha del hambre”, el día 23 de septiembre, llega a la ciudad de Santa Cruz Ñuflo Chávez Ortiz, Vice Presidente de la República, y ordena la detención de 20 personas, las cuales son encarceladas en Control Político.

El 24 de septiembre, en el día de aniversario de Santa Cruz, cuando el Vicepresidente dirigía los actos cívicos, los detenidos ya llegaban a 45 personas; hecho que mueve a los universitarios de Santa Cruz a dirigir su marcha hacia las puertas de Control Político, para reclamar por la libertad de los apresados. Chávez Ortiz ordena que estos sean atacados con disparos de ametralladoras, fusiles y gases lacrimógenos. Inmediatamente, los sobrevivientes son introducidos a Control Político, donde son torturados brutalmente, bajo la dirección de Tito García, como Jefe de este centro de represión.

Al llegar el 27 de septiembre de 1956, se embarcan a 47 presos falangistas en un avión DC-4, CP-610, de Lloyd Aéreo Boliviano, para llevarlos a control Político de La Paz; con el fin de ser “supervisados” allá por Claudio San Román y luego remitirlos al campo de concentración de Curahuara de Carangas. Sin embargo, los detenidos se amotinan durante el vuelo, sorprendiendo a los custodios y desarmándolos. Dirigidos por el Capitán Saúl Pinto, desvían este avión hacia Salta, Argentina. Ya libres en este país, denuncian ante la opinión pública mundial el intento del Presidente Siles Zuazo de reabrir los campos de concentración, cuyo funcionamiento estuviera suspendido durante unos pocos meses.

Entre los participantes de este secuestro se encuentran los falangistas Andrés Saucedo, Alfonso Kreidler, Rómulo Barros, Clovis Jordán, Edgar Rivero, Vico Olmos, Mario Diamont, Mario Adett Zamora, Luis Ramírez Mendoza, etc.

Violación de la autonomía universitaria.

Desde los inicios del gobierno movimientista, se violó la autonomía universitaria, mediante frecuentes incursiones de agentes de represión y milicianos, apresando y golpeando a dirigentes universitarios y estudiantes. Muchas veces, estos ataques eran repelidos por los universitarios.

Caso del dirigente universitario falangista Juan José Loría, quien, pese a ser candidato a las elecciones para la Federación Universitaria Local (FUL) de La Paz, es confinado al campo de concentración de Corocoro. Sin embargo, pese a su ausencia, los universitarios votan en gran mayoría por el. El candidato perdedor, Aníbal Aguilar Peñarrieta del MNR, a causa de su derrota, ordena intervenir la Universidad Mayor de San Andrés, con ataques de un grupo de milicianos llamados “elefantes”, dirigidos por el mismo.