Incendio de Troya
El bravo fuego sobre el alto muro del soberbio Ilión crecía airado, y todo por mil partes derramado, se envolvía confuso en humo oscuro. Caía traspasado por el duro hierro, y ardía en llamas abrasado, y se rendía al ímpetu del hado del Frige osado al corazón seguro. Solo el rey de Asia, muerto en la ribera, grande tronco ¡ay cruel dolor! yacía, y su cuerpo bañaba el ponto ciego. ¡Oh fuerza oculta de la suerte fiera! Que cuando Troya en fuego perecía, falte a Priamo tierra y falte fuego.