Improvisación a una prima mía
Tomar pretendo la expresión guerrera: miro la luz de tus brillantes ojos, y al punto se convierten mis enojos en endecha meliflua y lisonjera. Me animo, y pienso, cual la vez primera, en batallas, soldados y despojos...: te contemplo otra vez, y mis arrojos otra vez se derriten cual la cera. Guerras ya de mi numen no demando: mas tú no formes contra mí querella, si voy tus peticiones dilatando: culpa no más a la piadosa estrella que a mí me diera corazón tan blando, o a ti, primita, te formó tan bella.