Imprecación al sol
¡Rey de los astros, eternal lumbrera,
del vasto mundo, fecundante llama
que al hombre, al bruto, al vegetal inflama,
y luz, vida, y amor vierte do quiera!
Por ti se rige la anchurosa esfera;
el jilguero feliz trina en su rama;
brilla el rocío, y su caudal derrama,
de flores coronada, primavera.
¿Por qué, cual barro vil, inerte y ciego,
al malvado y al justo igual concedes
tus rayos de oro, tu esplendor, tu fuego?
¡Oh! La luz celestial, al bien propicia,
si severa castiga, da mercedes;
pues Dios no es la Igualdad: es la Justicia.