Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


IMPASIBILIDAD

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En hospital de sangre la iglesia se convierte;
en un confesonario un herido agoniza
y la metralla sigue vomitando la muerte
y del humus no queda sino lodo y ceniza.

Los cirujanos tajan, remiendan entre el ruido
del cañón y aturdidas corren las enfermeras;
a un moribundo un cura auxilia compungido
y de la iglesia en torno gritan vivas y mueras.

Derriba una granada parte de la techumbre;
las puertas con estrépito se abren; negro río
de soldados penetra —torrente de una cumbre—

y en el fondo del templo, sobre el altar sombrío,
a la luz temblorosa de lámparas murientes
un Cristo abre los brazos, sus brazos impotentes.


1915.