Ideal Andaluz: Reconocimiento universal de la existencia del genio andaluz

Ideal Andaluz de Blas Infante
Reconocimiento universal de la existencia del genio andaluz

Reconocimiento universal de la existencia del genio andaluz

La existencia de esta personalidad está, además, demostrada por el universal reconocimiento. Todo el mundo distingue un espíritu gallego, catalán, aragonés, castellano, y precisamente, al distinguir el espíritu andaluz, es éste de los que más se hacen resaltar. Cuando se piensa en Galicia, levemente agita el corazón un vago sentimiento de nostálgica melancolía; cuando en Castilla, se aparece a la mente fantasma de la gravedad severa; cuando en Aragón, el ánimo se dilata para recibir en auras de franca lealtad el aliento puro de la Naturaleza; cuando en Vizcaya, la voluntad tiende a fortalecerse, aspirando la sana acritud de una rudeza viril; cuando en Cataluña, el espíritu atisba un hálito de impaciencia rebelde; cuando en Andalucía, sólo se piensa en que la vida es hermosa, todo el mundo se siente agitado por el sentimiento o, a lo menos, por la noción de la alegría de vivir. De la gravedad castellana a la alegría andaluza media quizás más distancia espiritual que de ésta a la expansiva franqueza de Aragón.

Ancha es Castilla..., pero no por Andalucía; lo impide la Mariánica, y sobre todo, la psicología, el matiz psicológico o la distinta fisonomía moral, que es la única base cierta de la determinación de unidades nacionales o regionales, lo impide también. Para existir, Andalucía no necesita de lengua propia. ¿La tiene Aragón? ¿No ha predominado en este reino el castellano, desterrando a la lengua de Oc? ¿Si hay naciones que no tienen lengua propia, no han de poder existir regiones sin ese requisito?[1]

Ni necesita haber creado un derecho. Andalucía entra en las actuales condiciones político-jurídicas como las demás regiones españolas. Aquellas pudieron conservar el derecho correspondiente a su desenvolvimiento aislado. Pero tanto la una como la otra, después de su sometimiento al actual régimen de unidad en la acción legislativa y de proscripción casi absoluta de la costumbre, como fuente la más natural del derecho, ¿han podido crear uno nuevo? ¿Subsistirían, si no hubiera sido así, las instituciones arcaicas de las legislaciones forales?

Pero el genio andaluz se revela en el arte. El arte en lo que no tiene de universal, es resultado de la impresión de las particularidades del medio en el temperamento del artista.

Y son las particularidades psicológicas que hemos definido, las que flotan en ese algo realista, apasionado, que se nota en las creaciones del arte andaluz. Y si de este arte podemos decir como Ganivet, (Granada la Bella), que en lugar de alma tiene resplandores de luz, es que esas particularidades no se anuncian en él vigorosamente, por corresponder a un estado de gran debilidad. Son las incoherencias brillantes de un pueblo artista que duerme; pero el que esté dormido no quiere decir que esté muerto. Quizás haya naciones en que, a pesar de esta debilidad, no sea el arte tan característico como en Andalucía. Hay pintura andaluza, música andaluza, teatro andaluz, hasta arquitectura andaluza, que radicará en Sevilla sólo, que necesitará aún de una más acabada definición; pero, ¿no hemos convenido tácitamente en que Sevilla es el centro espiritual de Andalucía? Y ¿no es cierto que es el centro de todas las realidades, donde se conserva el mayor vigor de las energías que se extingue y donde empiezan a manifestarse la vitalidad nueva y los primeros latidos del renacer?

  1. Tampoco esto puede afirmarse en absoluto. Uno de los trabajos presentados en el concurso sobre el tema "Regionalismo andaluz", celebrado con motivo de los Juegos florales de 1914 (el que tiene por lema "Sólo Dios es vencedor", de don Isidro Cajigas), entre otros términos de su erudita disertación sobre el lenguaje andaluz, apunta lo siguiente: "Nosotros hablamos el castellano; pero, ¿cuál es el castellano que hablan los andaluces...? Crítico tan eminente y tan poco dudoso como Menéndez Pelayo lo llama dialecto andaluz. Esta opinión quizás asombre a los mismos andaluces, por lo muy poco que aquí se ha estudiado semejante materia; pero es indudable que existe un dialecto propio de Andalucía, que los sentimientos regionalistas deben esclarecer y perfeccionar... El dialecto andaluz está caracterizado, principalmente, por la pronunciación de los naturales, que modifican extraordinariamente los valores castellanos, modificaciones cuyo grupo más conocido es el ceceo producido sobre las silbantes que emanan casi directamente de la fonética árabe..." En efecto, si a la Prosodia se atiende, el lenguaje andaluz es tan distinto del castellano, que yo creo hasta hubiera podido constituirse un alfabeto propiamente andaluz, tomando del Elifbatatzario los signos que al abecedario faltan para representar los sonidos que nos dejaron los árabes, no obstante haberse llevado sus correspondientes letras. Pero no sólo la distinta pronunciación (la pronunciación de lo porvenir, según el señor Méndez Bejarano, quien cita para justificar su tesis el hecho de haber triunfado la pronunciación andaluza en las naciones iberoamericanas; discurso en los Juegos florales de 1909) modifica profundamente el léxico, alterando la fonética de los signos los andaluces no se limitan a sustituir unos sonidos por otros; "nuestro pueblo, que es músico y poeta cual no hay otro en las Españas, tiene, como decimos por estas tierras, muy buen oído; de aquí que atento a la belleza y a la sonoridad de la frase y a la más gráfica expresión del pensamiento, suprima muchas letras, formando desinencias de un gran valor estético". (Andalucismos, por Santiago Montoto y Sedas. El señor Montoto, concluye este trabajo, escrito con fina gracia, insistiendo sobre la empresa laudable y meritísima de formar un diccionario de palabras del rancio veduño andaluz y preguntando: ¿El diccionario de andalucismos fomentaría el regionalismo andaluz?