Hombres en la ciudad
HOMBRES EN LA CIUDAD
Arden los bosques del
horizonte;
esquivando llamas,
cruzan, veloces,
los gamos azules
del crepúsculo.
Cabritos de oro
emiqran hacia
la bóveda
y se recuestan
en los musgos azules.
Se alza
debajo,
enorme,
la rosa de cemento,
la ciudad,
inmóvil en su tronco
de sótanos sombrios.
Emergen
—cúpulas, torres—
sus negros pistilos
a la espera del polen
lunar.
Ahogados
por las llamas de la hoguera,
y perdidos
entre pétalos
de la rosa,
invisibles casi,
de un lado a otro,
los hombres...